El filósofo Bernard-Henri Lévy cita como fuente a un autor imaginario
Portada en «Paris Match» y páginas y más páginas de entrevistas en las principales revistas francesas porque hoy salen a la venta sus dos últimos libros. Bernard-Henri Lévy, el filósofo más mediático del Estado francés, no contaba con una metedura de pata enorme.
A.EREÑAGA | DONOSTIA
Bernard-Henri Lévy es tan mediático que se le conoce por sus siglas: BHL. Es uno de los máximos exponentes de los nuevos filósofos franceses, aunque no se le admita entre los filósofos «serios»; es ensayista y periodista, aunque controvertido, y mucho; e incluso es cineasta, aunque su único título hasta el momento haya sido un fiasco. Como apuntaba el periodista Renaud Girard en la contraportada de «Le Figaro» del pasado sábado: «Hace filosofía sin ser profesor, política sin haber sido elegido, reportajes sin ser periodista y diplomacia sin ser de la Cancillería». Y además, no se puede obviar que BHL es el rico heredero de una de las mayores empresas francesas (Becob, de maderas) y se ha sabido situar siempre muy bien en las altas instancias, pasando de ser uno de los «príncipes» de François Mitterrand, a uña y carne con Sarkozy, para apoyar posteriormente a Ségolene Royal.
BHL también es noticia estos días, aunque posiblemente le haya cogido por sorpresa el motivo... o no. Este dandy saltaba este fin de semana literalmente a los kioscos: estaba en «L'Express», en «Paris Match», en «Marianne»... Páginas y páginas para anunciar el que debía haber sido su «regreso filosófico» con dos libros, que salen a la venta hoy, en su editorial Grasset. Por un lado, «Pièces d'dentité», un compendio de artículos publicados en prensa, y por otro, «De la guerre en philosophie», una versión de la conferencia pronunciada en 2009 por BHL ante los estudiantes de la prestigiosa Escuela Nacional Superior. Se supone que es el compendio de su pensamiento, un «manual», que proporciona las piedras angulares de «una metafísica futura», según la contraportada del libro.
Ni Marx, ni Kant
Este filósofo que ha criticado a Hegel y Marx -«un pensador inútil»- y para quien Kant es un «fanático del concepto», en la página 122 de «De la guerre en philosophie» cita la investigación sobre el autor de «La crítica de la razón pura», realizada por un tal Jean-Baptiste Botul, quien habría definitivamente probado «en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, en su serie de conferencias a neo-kantianos del Paraguay, que su héroe era una falsa abstracción, un espíritu puro de pura apariencia». El escándalo saltó en Nouvelobs.com, la página web de «Le Nouvelle Observateur»: Jean-Baptiste Botul era un personaje creado por Frédéric Pagès, colaborador de la revista satírica «Canard enchaîné». Botul sería el «autor» de «La vida sexual de Immanuel Kant», un erudito y divertido libro publicado en 1999 y reeditado en 2004.
BHL no debió consultar Google (ni leer el libro), porque Botul en Wikipedia tiene una entrada, que especifica su carácter de escritor ficticio. La cita sí existe, pero el libro habla de los problemas masturbatorios de Kant. Ayer, el filósofo intentaba tomárselo con humor y explicaba en «Liberation» (es accionista del periódico) que se quita el sombrero ante «este Kant inventado» y su autor.
Crítico con Mayo del 68 y la izquierda, en su faceta de periodista ha tomado partido claramente con posturas que iban desde su apoyo a los musulmanes de Bosnia hasta su militante postura pro-israelí. De camino, ha apoyado a movimientos «opositores», como el causante de la guerra sucia en Nicaragua.
La falta de rigor de BHL ha sido criticada en numerosas ocasiones. El historiador Pierre Vidal-Naquet enumeró los múltiples errores de citas de «Le testament de Dieu». Uno de ellos, cita la «deposición» de Himmler ante el tribunal de Nurenmberg, cuando éste se suicidó seis meses antes de constituir el tribunal.