Destacadas figuras del Congreso Nacional Africano (CNA) junto con algunos de sus compañeros de lucha contra el apartheid celebraron ayer el vigésimo aniversario de su liberación frente a la prisión de Victor Verster, cuya entrada está presidida por una estatua de bronce del ex presidente con el puño en alto.

Varios miles de personas recorrieron los 500 metros que, en compañía de su entonces esposa Winnie Madikizela-Mandela, recorrió en sus primeros momentos de libertad tras pasar 27 años en prisión. Ni él ni ella estuvieron presentes en este acto.

Cyril Ramaphosa, que encabezó el comité de recepción del CNA que recibió a Mandela a la salida de la cárcel, subrayó que «cuando traspasó las puertas de esta prisión, ya sabía que su propia libertad anunciaba que había llegado la hora de la libertad para todos. No fue el presidente Frederik de Klerk quien lo liberó, sino vosotros», exclamó.

Su ex compañero de prisión Ahmed Kathrada subrayó que con la caída del apartheid «recuperamos la dignidad. También se liberó a nuestros compatriotas blancos. El Gobierno democrático introdujo el orgullo en la gente de Sudáfrica. Una nación, una bandera y un himno. Eso es más importante que todos los bienes materiales».

Zwelinzima Vavi, secretario general de la Confederación de Sindicatos de Sudáfrica, celebró los triunfos democráticos del país en estas dos. «Somos una democracia respetada», resaltó al tiempo que elogió la Constitución. Instó a los sudafricanos a «ir adelante con el legado de Mandela y conseguir que la economía trabaje para la mayoría y acaben las desigualdades».

Por la tarde, le héroe sudafricano, que rara vez aparece en público desde que se retiró de la política hace casi una década, recibió el homenaje de los legisladores de su país e invitados al discurso del Estado de la Nación de Jacob Zuma. Es la segunda vez que asiste a esta ceremonia.

Los parlamentarios lo recibieron entre cánticos y el tradicional grito de «no hay nadie como tú». Acompañado por su tercera esposa Graça Machel, prefirió no entrar por la puerta principal para no llamar demasiado la atención. Las cámaras de televisión lo mostraron sentado en la tribuna de la sala de plenos.

Zuma deseó que el Mundial de Fútbol de 2010, que por primera vez se organiza en el continente africano, sea todo un éxito en honor a Mandela.

«El héroe de la lucha contra el apartheid y primer presidente negro de Sudáfrica desempeñó un papel central para ayudar al país a obtener los derechos para organizar este importante acontecimiento. Por eso debemos lograr que el Mundial sea un verdadero éxito», resaltó.

Por su parte, el arzobispo anglicano Desmond Tutu, que como Mandela fue galardonado con el Nobel de la Paz por su lucha contra el apartheid, recordó el día que caminó fuera de la cárcel como el día en que «nuestro espíritu colectivo creció» y marcó «el principio del fin de la indignidad». «Es un icono mundial de la reconciliación», añadió e instó a los sudafricanos a «no olvidar el pasado».