Se llama Pedro Gracia Pérez de Viñaspre. Tomando iniciales y recreando la fonética firma sus canciones como PLV Havoc. «A veces pienso que en mi subconsciente yacía el nombre de P. J. Harvey», señala Pedro, quien afirma, de paso que «a estas alturas ya no sé dónde termino yo y dónde empieza PLV Havoc».

Ir con una guitarra y una armónica es motivo suficiente para que se le asocie con Bob Dylan, aunque sus canciones se fijen más en contemporáneos que en el músico de Minnesota. Havoc se revuelve: «Está claro que es un pilar, pero no creo que tenga tanto de él como lo que dicen. Yo no lo veo así. Creo que el formato no deja a veces ver el bosque. ¿Un tipo que hace folk americano, con una guitarra y una armónica es siempre Dylan? Para mi Dylan es un icono y representa una forma de entender el mundo con la que comulgo, pero creo que tanto mi voz como mis composiciones no tienen mucho que ver. Creo que estoy más cerca de Gene Clark, Tim Buckley, John Lennon, Richard Thompson o cosas mas actuales como Elvis Perkins o M Ward. Aunque siempre es difícil juzgarse a sí mismo».

Sensibilidad

PLV Havoc transmite en sus canciones tanto serenidad como zozobra, como uno esos caramelos que son dulces por fuera y agrios por dentro. Es un mundo quejumbroso que encuentra en la languidez y la melancolía su cuerpo expresivo. Havoc lo sitúa perfectamente con la serie de nombres que aporta, pero retrocediendo en el tiempo, una vez más, también percibimos el quejido de Tim Buckley. «¡Tim Buckley! Vaya... me alegro. Supongo que viene por mi carácter, me gustaría pensar que soy un tipo sensible, pero me temo que me quedo en sentimental. Es algo que intento corregir, a veces me dejo llevar demasiado y creo que eso no interesa al público. Yo no canto para expresar mi sufrimiento, algo muy hortera en mi opinión, sino para conectar con los demás por medio de sus mismas emociones».

Pedro Gracia pertenece a lo que hoy se llama neo-folk o alt-folk. Espacio que cada día se carga de más y más intérpretes que saturan el género. Despuntar es complicado, pero PLV se lo cree y vive con entusiasmo su experiencia. «No sé si la cosa está saturada, pero es cierto que muchos artistas se suben al carro. Creo que la única manera de perdurar y, en definitiva, de hacer arte, es construir tu propio edificio con cimientos sólidos. Crear estilo con las influencias correctas». Y Havoc lo está consiguiendo mediante buenas composiciones y estilo.