El que para un buen número de personas es considerado el deporte rey, el fútbol, para otras este pasatiempo puede parecer demasiado aburrido, argumentando que todos los partidos son iguales.

Es cierto que tantos encuentros en tan pocos días -y más esta semana que se juega un partido por día- pueden llegar a desesperar, pero lo que no pueden negar todos aquellos es que a veces este deporte llega a sorprender con anécdotas que no se ven todos los días.

El último ejemplo está en el partido que enfrentó a la Real Sociedad con el Nástic de Tarragona el pasado domingo en Anoeta. Los donostiarras vencieron 1-0 gracias a un gol de falta directa lanzada por el guardameta Claudio Bravo.

Este tipo de acciones no se suele ver muy a menudo. El caso más conocido lo podemos encontrar en el paraguayo José Luis Chilavert, máximo guardameta anotador de la historia.

Pero la anécdota del jugador chileno de la Real no queda sólo en eso. GARA se puso en contacto con el colegiado guipuzcoano Miguel Ángel Pérez Lasa para aclarar una duda surgida en las últimas horas. Y es que, un medio de comunicación reveló que en dicha acción, mientras Bravo lanzaba la falta, un compañero suyo podía ocupar su lugar en la portería, algo que no llegó a pasar.

Según Pérez Lasa, esto es cierto, pero para ello se tiene que tomar una serie de medidas. Es decir, «se debería avisar al colegiado y los dos jugadores que van a intercambiarse las posiciones se tendrían que cambiar también de equipación».

Esto significa que el guardameta tendría que vestirse con «idéntica equipación» que sus compañeros: la camiseta de su equipo, «con su número natural» -en este caso, Bravo llevaría el número uno-, y el mismo pantalón y medias que sus compañeros. Asimismo, el jugador tendría que equiparse con la camiseta de portero, los guantes y su número natural.

Como es lógico, si tras realizar el cambio de posiciones y lanzar la falta el equipo rival saliese al contraataque, el jugador que ha ocupado la posición de guardameta tendría todos los privilegios de esta posición, mientras que el portero que está de jugador no podría tocar el balón con las manos.

Pérez Lasa también afirma que los dos deportistas podrían volver a cambiarse la posición y la equipación «una vez que el juego esté parado», siempre y cuando se vuelva a advertir al colegiado.

La FIFA, por su parte, recoge lo siguiente en la regla número tres -número de jugadores- de las reglas de juego: «Cualquiera de los jugadores podrá cambiar su puesto con el guardameta, siempre que se haya informado previamente al árbitro y el cambio se efectúe durante una interrupción del juego».

Guardameta delantero

Pérez Lasa no ha vivido una anécdota de este tipo en un terreno de juego, pero recuerda encantado otro suceso de la temporada 1999/00, mientras dirigía un partido entre el Numancia y el Deportivo.

«El Depor se estaba jugando el campeonato de Liga. En la última jugada del partido, el portero, que era Franck Songo´o, fue a rematar un córner con la circunstancia de que él se zafa con los brazos de un defensa, que era Txomin Nagore, le empuja, remata y mete gol. Pero yo vi la falta y pité falta antes de que rematara», relata el colegiado.

Circunstancias de la vida, aquel Songo´o es el padre del actual jugador de la Real fichado en el mercado de invierno.

Los apasionados del fútbol ya tienen otro chascarrillo para contar en el bar. Los demás seguramente seguirán pensando que es aburrido. Pero, como se suele decir, nunca te acostarás sin saber una cosa más.