Cuando los aficionados de Gasteiz, Valencia, Madrid, Badalona, Barcelona y Sevilla -y Cádiz, Donostia, o Elgoibar- aterrizan gota a gota de buena mañana en Bilbo, el jueves 18 de febrero pinta de colores la capital vizcaina. Es la Copa, que debía arrancar ya por la tarde, pero estampaba su sello desde el primer día, borrando del cielo las nubes que poblaban Euskal Herria y trayendo el buen rollo y el sol consigo. El Termibús de Garellano, la estación de tren de Abando, incluso el aeropuerto de Loiu eran testigos de una invasión de ilusiones y alegrías. De fiesta hasta la madrugada del lunes. Cualquiera diría que los carnavales no terminaron con el Miércoles de Ceniza.

El Casco Viejo bilbaino, mezclado con su habitual trajín de gentes de todo estilo, comenzaba a llenarse de bufandas y de cánticos como los del Caja Laboral Baskonia o Estudiantes. Su destino era el Arenal, donde se abría la Zona Lúdica, instalada para albergar las diferentes actividades paralelas que se ponen en marcha con motivo de la celebración de la Copa.

José Luis Bilbao, diputado general de Bizkaia; Iñaki Azkuna, alcalde de Bilbo; Eduardo Portela, presidente de la ACB; Xabier Jon Davalillo, presidente del Bilbao Basket; además de otras personalidades, recorrían las diferentes actividades instaladas, comenzando en la espectacular Esfera 0,0 de San Miguel, donde han probado suerte, lanzando a canasta con mayor o menor fortuna. Amplias carpas en las que los patrocinadores del evento deportivo han instalado canastas para realizar pruebas de habilidad, zonas de maquillaje para aficionados, videojuegos, información turística... Un amplio abanico de posibilidades que permitía y permitirá estos días a todos los aficionados vivir de manera más directa otro de los aspectos que conforman el torneo copero.

Viendo la participativa reacción de los aficionados que se aproximaban al Arenal, Portela destacó que «hemos tenido un gran soporte de nuestro club, Bizkaia Bilbao Basket, que nos ha ayudado para que esto sea un éxito, además del gran apoyo recibido del Ayuntamiento y la Diputación».

El dirigente de los clubes se mostró seguro de que «será un éxito porque cada Copa se supera. Vamos a batir el récord de presencia de espectadores en una cancha, en un pabellón espectacular, por lo que rodea esta competición favorece que el éxito esté garantizado».

De colores en el BEC

Con el pasar de las horas, el arranque de los partidos se acercaba. El metro se convertía entonces en una zona de confluencia sin igual. De niños hasta abuelas, cada cual empezaba a mostrar sus colores, como el penacho de plumas de un pavo real. Nada de insultos al rival, sino orgullo de representar a la afición, bien fuera ésta taronja, azulgrana, azul o blanca.

Y si el trayecto hacia el Bizkaia Arena mostraba la animación de grupúsculos de aficionados, la bajada de Ansio pintaba de colores los grises hierros del BEC. Allí, no podía ser de otra forma, la Demencia estudiantil se empezó a hacer notar, aunque la afición taronja desbordaba su mediterránea fe en el cuadro de Neven Spahija.

En medio de un gentío de aficionados, rostros conocidos como Andrés Jiménez, Juanma López Iturriaga o Carles Marco, y de los cuchicheos de admiración al colegueo sin sonrojo en la última hora previa del partido inaugural. Las puertas se abrieron bastante tarde, casi con el inicio del Valencia Basket-Estudiantes. ¡Que siga el carnaval!