Joseba VIVANCO I

Por algo le dicen siempre a uno que está en la higuera! Ése es el árbol protector de los nacidos entre el 14 y 13 de junio y el 12 y 21 de diciembre. Eso sí, si nos acercamos a visitar el nuevo Parque del Horóscopo, recién diseñado en la localidad vizcaina de Leioa, podremos saber que quienes vinieron al mundo entre esas fechas bajo el manto de la higuera, serán personas necesitadas de hacerse distinguir, con aprecio a la familia, que no hacen trampas, que siempre terminan lo inacabado, a veces idealistas y a veces egoístas. Un parque que escenifica el horóscopo celta de los árboles.

Vistiendo la ladera que sujeta las instalaciones deportivas de Sarriena, los 7.000 metros cuadrados de este nuevo espacio verde reúnen 81 árboles de 21 especies diferentes, cada una acompañada de su correspondiente panel que explica al visitante la simbología de cada una de ellas. La mayoría son retoños, por lo que destaca en especial el ejemplar de olivo trasplantado. Un árbol que representa el equinoccio de otoño, el 23 de setiembre, y que cobija a las personas con un carácter natural y sano, con gusto por la diplomacia y que, entre otras características, son de ésas que aparentan que «todo les resbala».

El equinoccio de primavera, el 21 de marzo, lo representa el roble, que al igual que nuestro árbol de Gernika, insufla a las personas nacidas bajo su protección la fortaleza y sentido de la justicia, además de «ataques de energía». Otra especie singular entre los vascos, el haya, se identifica con el solsticio de invierno, el 22 de diciembre. Cobija a las personas inteligentes, serias, reflexivas, pero también maliciosas, un «poco arribistas» y «dispuestas a todo».

Los celtas y los vascos

Los árboles fueron el centro de la cultura celta en cuya astrología es símbolo de vida y protección. Un respeto, ¿importado? Un grupo de investigadores del Trinity College de Dublín concluyó que los primeros pobladores de Irlanda llegaron desde Euskal Herria y Galicia, llevando con ellos diversas especies de fauna y flora con las que se asentaron en la isla y establecieron su estirpe. Tras un exhaustivo estudio, el genetista Dan Bradley sostiene que la población irlandesa, vasca y gallega comparten cromosomas y similitudes en sus culturas y costumbres. Y una de esas coincidencias es su respeto al árbol.

Esta idea es la que han querido trasladar los diseñadores de este sencillo parque inspirado en la magia arbolaria estacional, la que llevó a los druidas a crear un horóscopo protector, de modo que asociaron cada árbol a una época del año y crearon un horóscopo de 21 árboles: Dos para lo equinoccios, dos para los solsticios y los 17 restantes distribuidos en períodos equidistantes y contrapuestos en el calendario.

Los bosques representaban catedrales para los druidas, y en ellos se llevaban a cabo sus fiestas, rituales y ceremonias, donde cada árbol era consagrado a un dios o simbolizaba una virtud. Para conocer algo más de ese horóscopo, tan sólo hay que darse una vuelta por este rincón próximo al campus universitario de Leioa y curiosear entre los ejemplares y sus placas informativas.

Podremos saber, de esta manera, si nuestro árbol protector es el cedro (9-18 de febrero y 14-23 de agosto) y somos atractivos e imaginativos; o el sauce (1-10 de marzo y 3-12 de setiembre) y somos finos, tímidos, ambiguos, pero también misteriosos y de los que necesitamos tiempo para dar lo mejor de nosotros mismos; o el avellano (22-31 de marzo y 24 de setiembre al 30 de octubre) y somos independientes, también inestables y con relaciones personales fugaces; o el manzano (23 de diciembre al 1 de enero y del 25 de junio al 4 de julio), siendo personas frágiles y vulnerables, con encanto y con miedo a lo imprevisible. Y así hasta 21 especies diferentes: el castaño, el sauce, el tilo... ¿Quiere saber cuál es su árbol protector? En Leioa tiene la respuesta.