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Maite SOROA

Ecos de la pitada en Barakaldo

A caballo entre el cortesano y el patriota, Luis María Ansón nos obsequiaba ayer con un jugoso artículo en «El Mundo» sobre la sonora pitada que recibió su rey en Barakaldo.

Según Ansón «la pitada no era contra el Rey sino contra España. Contra la `puta España', como vociferaba un cartel. Todo estaba meticulosamente orquestado, con los reventadores bien distribuidos por las gradas».

Y como quien no se consuela es porque no quiere, sostenía Ansón que «silbaron los menos pero el efecto fue el que perseguían los grupos secesionistas que organizaron la pitada, ensañándose con el Himno Nacional más que con el Monarca». Me consta que Ansón no estuvo en el BEC.

Luego, en plan condescendiente suelta que «a los secesionistas que organizaron la pitada y a los periodistas antimonárquicos, les ampara la libertad de expresión. Ésta es la Monarquía de todos. A Juan Carlos I le aplauden de forma espontánea en la inmensa mayoría de los lugares a los que va. Y sólo ocasionalmente recibe pitos que a veces están preparados a través de maniobras subterráneas». Pues, por lo que se ve, en Euskal Herria le pasa cada vez que viene. ¿Por qué será?

El empeño de dorar la píldora a Juan Carlos Borbón es encomiable, pero Ansón no termina de convencer: «No hay problema con él. Por el contrario, es un Rey querido y respetado. El problema lo tiene el Gobierno. En lugar de lamentarse con la boca chica y derivar la pitada hacia el Rey, las autoridades centrales, autonómicas y municipales deberían entonar la palinodia y combatir ante la opinión pública el secesionismo creciente tanto en el País Vasco como en Cataluña y Galicia». Ahí le aprieta el zapato.

Y termina mostrando el veterano opinador señales de alarma: «El secesionismo sobre todo el catalán, y en menor medida el vascongado, avanza en todos los frentes. En las gradas del Madrid-Barcelona los `aficionados' ondeaban ikurriñas y senyeras, no banderas barcelonistas y madridistas (...) los que pitaban no lo hacían contra el Rey. Lo hacían contra España, contra la `puta España'». O puede que contra ambos.

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