La huelga de controladores aéreos en el Estado francés, que arrancó a primera hora de ayer y se prolongará hasta el sábado, provocó la cancelación de decenas de vuelos e incluso el cierre de algunos aeropuertos.

La Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) había avisado a las compañías aéreas de que, en previsión del impacto del paro, se tenían que suprimir el 50% de los vuelos previstos en el aeropuerto de Orly y el 25% en el otro aeropuerto de París, el Charles de Gaulle. Esa reducción de la actividad limitó de forma especialmente significativa los vuelos interiores, hasta el punto de que estuvieron completamente cerrados los aeropuertos de Pau, Biarritz, Grenoble, La Rochelle y Chambéry. La huelga está convocada por cuatro sindicatos (CGC, CGT, FO y UNSA) a los que se sumará el jueves un quinto (CFDT), pero no por el mayoritario SNCTA. El objetivo de la movilización es paralizar el proyecto de la DGAC para fusionar el control aéreo de seis países en Europa (Estado francés, Alemania, Suiza, Bélgica, Holanda y Luxemburgo).

El proyecto de esos seis estados, que esperan firmar un tratado a finales de este año para su puesta en práctica a partir de 2012, busca simplificar los 27 sistemas de control aéreo existentes en Europa y reducir sus costos en un 20%.

Los convocantes de la huelga denuncian que esos planes conllevarán el desmantelamiento de la DGAC.