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Mikel Varas: «Existe la obra y no el artista, simple intermediario»

El artista Mikel Varas (Bilbo, 1980), quien recientemente ha colocado la escultura «Irrintzi» en Basauri, expone en la Sociedad Bilbaina sus obras de pequeño formato, mientras publica su segundo libro de poesía en Ediciones Beta, «Garabatos en el aire. Hacia un horizonte circular».

A. BILBAO | BILBO

«De estética difícil por lo original», dijo Nestor Basterretxea sobre Mikel Varas. El joven artista de Rekalde, definido como «mecedor de curvas», ha publicado su segundo poemario, «Garabatos en el aire. Hacia un horizonte circular», y expone en la Sociedad Bilbaina sus esculturas de pequeño formato o «escrituras en el aire», según reflexiona el autor.

Varas, que ha sido invitado a exponer sus obras en París próximamente, comenzó a esculpir hace una década. «Para mí no es trabajo, es jugar» relata él, quien se apoya en la estética de los cercanos Oteiza, Chillida, Ibarrola o el citado Basterretxea.

Aprendiendo a escribir

El artista de Rekalde, para quien «las obras son las que hablan, pues existen las obras y no el artista, simple intermediario», se define como «un niño que está aprendiendo a escribir, y que comienza a realizar garabatos en el aire». Se refiere a su última serie -trabaja ahora una nueva, «Cielos de Castilla»-, labrada tras «Marcos circulares», también expuesta en La Bilbaina, el homenaje a su padre, fallecido el pasado año.

En «Garabatos en el aire», como en el resto de su obra, Varas trata de «transmitir lo que siento o emocionar, rozar el alma, y llegar a escribir en el aire, que es la tesis en la que trabajo ahora». Y es que -prosigue el artista- «la escritura en el aire vuela en libertad, sin márgenes ni reglas, pues el aire crea espacio, no está encerrado».

«Lo principal es la idea, de donde parto, y luego está la aventura, la materia», explica Varas. Utilizó el libro «De eternidad en eternidad» de Ángela Serna como herramienta, «pues hablaba de la palabra como elemento cuando yo buscaba cómo unir la escultura con la poesía». Así, escribe garabatos en el aire (en tubos de acero inoxidable suspendidos cuya sombra, a veces, proyecta palabras sobre el fondo -siendo el sol o la fuente de luz la que escribe-), en su necesidad de expresarse.

«Para mí, esculpir y escribir va unido. La poesía necesita de la escultura, de la forma de la palabra, y la escultura de la palabra, la música». El ejercicio de creación es, por lo tanto, «buscar la simbiosis entre ambas». Por ello, ha publicado también un poemario donde reúne reflexiones que anteriormente apuntó en «cristales, chapas, maderas...».

DE BILBO A PARÍS

Tras exponer en la Sociedad Bilbaina, el artista de Rekalde viajará a París con su colección de esculturas, al haber sido invitado para exponer en la capital francesa sus «Garabatos en el aire» y sus «Marcos circulares».

Ficha

Lugar: Sociedad Bilbaina (Bilbo).

Fecha: Hasta el 5 de marzo.

Hora: De 18.30 a 21.30.

Exposición: «Garabatos en el aire» de Mikel Varas.

Un «Irrintzi en el aire» frente a la prisión

Tras meses de intenso trabajo, el escultor de Rekalde colocó el pasado sábado su obra Irrintzi frente a la prisión de Basauri, una escultura de acero inoxidable de cinco metros de altura. No es la primera, pues tiene obra en Amurrio -donde trabaja en Tubos Reunidos- y en el gaztetxe de Kukutza, por su décimo aniversario, en su barrio de Rekalde.

««Irrintzi en el aire» es el resultado del proyecto que presenté en Basauri, donde tengo una vinculación con el grupo poético Victoriano Crémer», relata Varas. «Parte de la idea de crear la forma del irrintzi, plasmar el sonido en el aire, partiendo de un garabato. Me gusta mucho jugar con el eco, la palabra, la forma, el gesto».

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