Un mensaje que exige una respuesta serena
El grupo de apoyo creado en el seno del Parlamento Europeo para respaldar un proceso de solución en Euskal Herria, conocido como Friendship, compareció ayer en Bruselas para presentar a sus nuevos integrantes. Tras las pasadas elecciones europeas, algunos de sus miembros dejaron su escaño y el grupo se ha reforzado con la entrada de nuevos parlamentarios. El Friendship aprovechó el acto para realizar una declaración en la que valoraron positivamente los pasos dados en Euskal Herria en aras a alcanzar un escenario de paz a raíz de la presentación de la resolución «Zutik Euskal Herria». Ese documento recoge las conclusiones del debate que ha desarrollado la izquierda abertzale y una hoja de ruta que incluye una propuesta para una resolución estable y duradera, así como sus compromisos al respecto. En ese sentido, los europarlamentarios alabaron el compromiso de la izquierda abertzale con las «vías exclusivamente políticas y democráticas» y resaltaron la importancia de haber asumido los denominados Principios Mitchell de manera unilateral. En consecuencia, pidieron al Gobierno español que «actúe con responsabilidad».
Es de por sí significativo que este grupo recupere su dinámica y se revigorice en un momento que se adivina crucial para el futuro inmediato de Euskal Herria. En ese contexto, y aprovechando que durante este semestre el Estado español ostenta el cargo de presidente de turno de la Unión Europea, el Friendship le pidió que «aliente la implicación de las instituciones europeas en el impulso a una resolución pacífica del último conflicto armado que queda en la Unión Europea». No se les puede acusar de pecar de inocencia, pues todos ellos y ellas conocen perfectamente lo que ocurre en Euskal Herria. Además, algunos de sus participantes -como en el caso de la irlandesa Bairbre de Brún- saben de primera mano lo importante que resultan tanto la aceptación de ciertos principios por parte de todos los agentes como el apoyo internacional en la resolución de un conflicto político de esta naturaleza.
Nadie entendería que esta llamada a la responsabilidad fuese o bien ignorada o bien respondida desde la soberbia. Si de verdad el Gobierno español quiere mandar un mensaje de serenidad a Europa, aquí tiene una buena oportunidad.