El periodista Kurdo Baksi descubre en el libro «Mi amigo Stieg Larsson» (Destino) cómo este se convierte en uno de los autores más leídos del mundo, tras cinco años desde su fallecimiento, y de qué manera se muestra al mundo su lucha contra el racismo y el fascismo en Suecia.

Baksi manifiesta en esta obra que Larsson era la persona «menos interesada» por el prestigio que conoció en su vida. Según apuntó, debido al éxito que ha alcanzado como novelista, existe el riesgo de que su activismo en contra de las desigualdades no reciba la atención «que se merece».

El autor destaca que esa lucha constituye una parte «muy importante de su ser», no sólo como persona, sino también como escritor, por lo que Baksi destaca que con este libro pretende dar la imagen que él tiene de Larsson.

Baksi nació en 1965 en la ciudad de Batman, en el Kurdistán turco, y emigró como refugiado a Suecia en 1980 junto a su familia. En 1987 fundó la revista antirracista «Svartvitt» que colaboró con «Expo», la revista de Larsson.

Actualmente sigue trabajando de forma activa contra la violencia, el racismo y la hostilidad hacia los inmigrantes, una labor por la que recibió en enero de 2000 el premio Olof Palme.

Baksi, que ha escrito «Mi amigo Stieg Larsson» con los recuerdos de los 12 años que trabajaron juntos, «un libro de amistad, sin especulaciones», ha explicado que, tras la publicación de su libro, el conflicto «emocional y económico» entre el padre y el hermano de Larsson y su compañera durante 32 años, Eva Gabrielsson, ha entrado en una nueva dinámica.

Según anunció el escritor turco, la familia de Stieg Larsson «tiene miedo» de lo que la viuda del autor pueda contar en sus memorias por eso, si no las retira, impedirá que se publique el remate de «Millenium». «No quiero comentar por qué o de qué se trata, pero pienso que esa flor en el desierto -Eva- que estaba seca va a empezar a crecer normalmente junto a las otras dos -el padre y el hermano-», ha asegurado Baksi.

La pareja de Larsson, crítica

El amigo de Larsson, que ha sido muy criticado, entre otros, por la propia Gabrielsson, por algunas de las cosas que cuenta en el libro, sostiene que a la guerra por la herencia -la ley sueca sólo protege el derecho de los matrimonios- ahora se le ha sumado otro conflicto: las 200 páginas que Eva guarda en su casa del cuarto manuscrito de «Millenium». «Si Eva publica en noviembre -sus vivencias con Larsson- habrá muchos problemas. La familia tiene miedo de lo que ella cuente y si al final sale, no autorizarán que haya un cuarto «Millenium»», subraya Baksi, que no se recata en decir que a pesar de que la familia da la viuda dos millones de euros, ella lo quiere todo.

Él está confiado en que habrá «acuerdo» y en que «Mi amigo Stieg Larsson» será el único libro que haya «en mucho tiempo» sobre la vida del escritor, fallecido de un infarto en 2004, a los 50 años, sin que viera publicada la trilogía que ya ha vendido más de 30 millones de ejemplares en el mundo (3,5 millones sólo en el Estado español).

Asegura Baksi que las duras críticas que le hace Gabrielsson a su libro son en vacío, porque ella no ha leído el texto, sino su abogado. «Si lo lee cambiará su opinión y me mandará flores», afirma ufano, aunque lo cierto es que sus comentarios «en blanco y negro» sobre Larsson, del que cuenta que asistió con 15 años a la violación de una adolescente y que no fue capaz de reaccionar, son a veces poco amistosos.

Destapa de Larsson su falta de ética o imparcialidad en su trabajo para la agencia de noticias TT, de escrúpulos por mandar a un chico de 17 años a que se infiltrara en un grupo neonazi, o de incoherencia en la práctica de su lucha feminista. Son algunas de las «sombras», aunque también sostiene que su compromiso, su lucha contra el racismo, la pobreza y la desigualdad y su olfato periodístico no tienen parangón. Baksi también afirma, en contra de lo que sostiene Gabrielsson, que la relación con su familia era «perfecta» aunque, ha matizado hoy, «a la sueca: se veían pocas veces al año». Lo malo empezó a partir del 16 de agosto de 2005, cuando se publica «Los hombres que no amaban a las mujeres» y se desata el conflicto jurídico y económico.

Baksi explica que su papel en el libro ha sido «el de cámara que registra los últimos 12 años de su vida sin pensar quién puede enfadarse por ello». Y dijo de su amigo que era «el Roberto Bolaño» de Suecia, por su dedicación «a los silenciados del mundo, por su muerte prematura, y por la devoción que despierta».