El disparate firmado por los magistrados españoles que han condenado al líder vasco Arnaldo Otegi es de tal magnitud que hasta quienes se felicitaban ayer en privado preferían disimular en público, que ya se sabe que las hemerotecas son muy traidoras.

Pero siempre hay quien no resiste la tentación y, como Tonia Etxarri en «El Correo Español» y «El Diario Vasco», se felicitaban porque «Otegi tendrá que ir rindiendo cuentas a la Justicia por muy amortizado que esté en la izquierda abertzale». ¿De qué fuentes beberá Tonia?

Claro que si tenemos en cuenta que en la misma pieza asegura que «la Justicia no puede dejarse influir por la política», confirmamos que la columnista no tiene ni repajolera idea de los temas que aborda.

Tampoco parece muy ilustrado el editorialista de «Abc» que desprecia el rigor periodístico como se desprecia a esos bichos blandos que encuentras bajo las piedras planas en el monte. Según el de Vocento, «habría que hablar de `sumo absurdo' porque comparar a Sagarduy, como hizo Otegi, con Nelson Mandela `un auténtico héroe que jamás uso la violencia' como bien recuerda la sentencia, es un disparate que sólo tiene cabida en la perturbada mente de los pro etarras». Si tenemos en cuenta que Mandela era el máximo dirigente del brazo armado del Congreso Nacional Africano habrá que considerar que la sentencia de Angeles Murillo está fundamentada en un dato más falso que Judas y, por lo tanto, debería ser nula de pleno derecho. Pero, claro, hablamos de la Justicia española...

Tampoco en «Deia» caen en la cuenta del dato falseado, pero le encuentran otro fallo al fallo, valga la redundancia: «los episodios que se vivieron durante la vista oral entre la jueza Ángela Murillo y el propio Arnaldo Otegi, con alguna afirmación que no corresponde a la dignidad judicial por parte de aquélla, cabría considerar incluso que la sentencia hecha pública ayer no es sólo contradictoria en algunos aspectos, sino que podría reflejar una predisposición negativa hacia los derechos del acusado que cuestiona la imprescindible imparcialidad de la Justicia». ¿Predisposición negativa? ¡A ver si van a empurar al de «Deia»!