«Esta feria y los demás salones de arte contemporáneo que se desarrollan estos días demuestran la vitalidad y el cosmopolitismo de Nueva York», apunta Glenn Lowry, director del Museo de Arte Moderno (MoMA). La pinacoteca colabora desde hace nueve años con The Armory Show. Por los inmensos hangares de cristal situados la ribera del río Hudson, al oeste de Manhattan, pasean miles de visitantes. La cita, que cierra hoy sus puertas, arrancó el pasado miércoles y, en esta edición, el invitado especial ha sido Berlín, representado por más de veinte galerías. «Hemos querido destacar la energía de Berlín. Cada feria debe encontrar un punto de vista que atraiga a los visitantes», explica Katelijne Debacker, directora de la feria.

Surgida como un instrumento para dar a conocer la obra de artistas vivos contemporáneos, The Armory Show atrae a críticos y coleccionistas de todo el mundo en busca de nuevos talentos, que pueden aprovechar su estancia en la ciudad de los rascacielos para pasarse por una docena de eventos paralelos. Son citas como la Korean Art Show, con más de veinte galerías de Seúl; Dutch Art Now, centrado el arte holandés... la oferta durante esta semana ha sido para todos los gustos. Algunos, como Volta New York, están unidos en líneas de autobús con el Armory.

Se puede encontrar de todo: desde el hiperrealismo a la abstracción pura, desde pintura sobre lienzo hasta las técnicas y los materiales más experimentales, desde Budas tradicionales hasta hombres desnudos cubiertos de una capa dorada. «Es como el programa `American Idol' (una especie de `Operación Triunfo'), en el que los cantantes tienen que competir entre ellos», dice Todd Levin, comentarista de la edición especial «Armory» del periódico «The Art Newspaper». «En esta competición, todos quieren estar en Nueva York. Muchos son malos, pero algunos llegarán a la cima», agrega.

«No podemos afirmar que la crisis haya pasado realmente», reconoce por su parte Katelijne Debacker. «Pero se vende arte de nuevo y el mercado está volviendo en sí lentamente».

En la zona más «selecta» del Armory, en el Muelle 92, donde están los stands de algunas de las galerías más famosas del mundo, los coleccionistas pueden encontrar obras de artistas del siglo XX, que se venden a 1, 2 o 5 millones de dólares. Pero en los otros stands se pueden encontrar cuadros, esculturas, videos, collages o composiciones de otros que quizás podrán llegar a ser los Andy Warhol o Basquiat del mañana, a precios que oscilan entre los 5.000 y 20.000 dólares.