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SEGUNDA B

La presión golpea con vigor la frágil mente albiazul

El Alavés se situó virtualmente en puestos de play-off al adelantarse en el marcador. Sin embargo, el Lugo logró un más que merecido empate.

ALAVES 1

LUGO 1

GARA | GASTEIZ

La tarde comenzaba de la mejor manera posible para los intereses del conjunto albiazul. La victoria del Eibar sobre el Lugo por 0-2 permitía al Alavés soñar con algo impensable pocas jornadas atrás; dormir una noche situado en posiciones de play-off. Las circunstancias volvían a ser increíblemente favorables al cuadro babazorro, y por supuesto los ojos volvían a fijarse en los jugadores gasteiztarras. «Esta vez no nos pueden fallar los chavales», comentaban en las puertas.

Al contrario de lo que sucedía en todos los partidos disputados en Mendizorrotza, el Lugo se hizo dueño del balón sin demasiada oposición por parte del Alavés. Sin embargo, de la nada, Dani Bouzas logró un golazo de falta directa. El jugador coruñés, que estaba llamado a ser la espina dorsal de la medular alavesista, estuvo unas cuantas semanas en el banquillo, a modo de correctivo por su horrible inicio de campaña. Y tras haber retomado la titularidad, el babazorro se ha reivindicado de la mejor manera posible; tres goles en tres partidos.

El resultado era perfecto, pero el juego seguía dejando mucho que desear. El discurso de Ocenda, primando siempre los resultados, discurría por el camino de la efectividad extrema, aun quedando expuestos a más que probables contraprestaciones.

Y pronto llegó la respuesta. La zaga alavesista abría huecos en un alarde de solidaridad inusitado. Rubén Arroyo se pegó una galopada increíble, y con un disparo seco batió por bajo a Montero. El «chino» Losada fue una pesadilla para los gasteiztarras, aunque tampoco hubo más historia hasta el descanso. 1-1, y la balanza que se inclinaba poco a poco hacia los lucenses.

La dinámica se mantuvo en la segunda parte, y la situación se agudizó con la lesión de Igor Martínez. El Lugo siguió su táctica de acoso y derribo contra la meta alavesista, pero los gallegos llegaron extenuados al final.

La única opción para la escuadra blanquiazul llegó en el minuto 83. El dato lo dice todo. En definitiva, que lo positivo, obviamente, sigue siendo la situación clasificatoria, pero que todavía en Mendi la gente se pregunta a qué juega este Alavés.

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