reivindicando el 8 de marzo, como un día válido para salir a la calle a denunciar tooodooo lo que nos falta por conseguir. Hoy lo hacemos desde la perspectiva de género, bueno, siempre está el género por medio, pero hoy se visibilizarán mucho más las discriminaciones que todavía persisten hacía las mujeres, en función del sexo y por la construcción social del género, que nos empobrece a unas y a otras. ¿El 8 de marzo sigue siendo válido? Sí. Sin negar todo lo que se ha avanzado -sobre todo en la capa de maquillaje que cada día está más conseguida-, a nada que escarbemos en la realidad social nos encontramos con que el sexo diferencia... y no para bien en el caso de las mujeres.

De todos modos, hoy me gustaría que este txoko sirva para reivindicar el feminismo, tan denostado maliciosamente incluso por quien se dice bienpensante o políticamente correcto. El feminismo es una propuesta política que atraviesa horizontalmente todas las propuestas progresistas que van en el camino de que un mundo mejor es posible construyendo un nuevo modelo de sociedad. Una sociedad que anule la jerarquización de las personas en función del sexo.

Lambroa, en su díptico de este 8 de marzo, explica los valores de esta nueva sociedad que propugna el feminismo. Una sociedad que erradique la violencia que mantiene la jerarquización de clase, etnia, edad, orientación sexual... que se construya con criterios éticos de desarrollo humano y produzca un reparto justo de los bienes y recursos... que comparta el ejercicio del poder político y potencie otro sistema de valores... que priorice el «ser» sobre el «tener»... donde todo lo que se produce en el ámbito privado y todo lo del ámbito público sea realizado por las mujeres y hombres, a partir de unos criterios éticos de igualdad y corresponsabilidad... que supere la desigualdad económica entre mujeres y hombres. En definitiva, una sociedad basada en valores, criterios y relaciones humanas de justicia, igualdad y libertad.

En eso estamos y, por suerte, cada vez más nos acompañan hombres. Que nos escuchan, sin estar pendientes de la réplica para demostrar su dominio. Solidarios, amigos... Esos que siempre están a nuestro lado en las duras y maduras. Que arriesgan su «prestigio» en nuestro apoyo cuando la cosa se pone chunga. Que están siempre al otro lado de una llamada, a cualquier hora, en cualquier momento, para lo que sea, como sea y donde sea. Hombres que intentan entendernos y están ahí, tiernos, cálidos, junto a la piel, a las neuronas y al corazón. Hombres, padres/ amigos/ hermanos/ amantes/ compañeros... que hacen posible que la política feminista, silenciosa e incruenta, sea más llevadera. Hombres compañeros de viaje y que son un apoyo en nuestra lucha, cuando limpian a besos nuestras lágrimas y curan nuestras heridas con caricias.

Mi agradecimiento solidario a todas las mujeres que nos han precedido en este empeño y a todos estos hombres que, hoy, nos acompañan. Compañeras, en este 2010, ¡Feliz 8 de Marzo!