Las aguas bajan revueltas en el seno de Nafarroa Bai». Lo reconoce así Xabier Gurrutxaga en «El Correo Español», y trata de explicar por qué, con la afirmación del grupo de apoyo a la coalición en su manifiesto: «hay mucho ruido alrededor de Na-Bai, que no les deja escuchar como debieran la ilusión de 80.000 navarros y navarras que les apoyaron en las últimas forales». Y después explica cómo resolver los problemas. Ya lo verán.

Según el articulista, el éxito de NaBai se debía «al esfuerzo de renovación ideológica y de realismo político que el abertzalismo había iniciado desde y para Navarra. El rasgo esencial de ese empeño consistía en «proyectar con claridad hacia los ciudadanos la idea de un proyecto unitario e independiente, formulado desde el vasquismo, pero cuyo destinatario único eran los navarros, dejando en ellos y sólo en ellos la decisión de su futuro político», lo que «representaba un auténtico desafío para el nacionalismo, pues ello necesariamente tenía que traer consigo una profunda transformación del pensamiento político nacionalista en la Comunidad Foral». Interesante, sin duda. Sobre todo porque Gurrutxaga advierte que la base sobre la que se asentaba NaBai era «la aceptación del fraccionamiento del llamado sujeto político vasco».

Luego llega a las causas de la crisis: «Seguro que en NaBai existen protagonismos excesivos o rivalidades personales. Pero estoy convencido de que las diferencias que progresivamente han ido agravándose tienen que ver con la necesidad de clarificación ideológica y política del proyecto». Y ahora llega el malo de la película: «Parece claro que las expectativas abiertas con motivo del proceso de reflexión de la izquierda abertzale están teniendo su influencia en algunas formaciones que integran la coalición. Es el caso de EA, que ha mostrado su disposición a trabajar con la gente de Batasuna la creación de un polo soberanista».

Y ¿cómo resolver la cuestión? Lo contesta de manera muy clarita: «articular un pacto de convivencia entre los propios navarros. Sin supeditaciones a otros proyectos y a otras estrategias». O sea, renunciando a una estrategia nacional. Eso ya lo hizo el PSN al separarse del PSE... ¡hace 28 años!