Críticas al sueldo y a la pensión de 79,7 millones del presidente del BBVA
Francisco González, presidente de BBVA, reclamó en la Junta General de Accionistas que se celebró ayer en Bilbo que se reestructure el sector financiero y acusó a algunas compañías de haber utilizado el dinero público para sanear sus cuentas y ofrecer resultados positivos. Por mayoría, González fue reelegido para su cargo y, aunque no entró en el debate sobre pensiones y salarios de forma directa, le censuraron por su «supersueldo» y su «superpensión».
Juanjo BASTERRA | BILBO
La crítica social y sindical a los supersueldos y superpensiones de los máximos representantes de BBVA estuvo presente en la Junta General que se celebró ayer en el Palacio Euskalduna de Bilbo. Hay que tener en cuenta que el presidente de BBVA, Francisco González, percibió el año pasado entre salario ordinario, variable, aportaciones al plan de pensiones y las acciones, en torno a 17 millones de euros, de ellos, 5,8 millones fueron de salario, pero acumula un fondo de pensiones de 79,7 millones.
Frente a ese escenario, organizaciones sociales englobadas en «BBVAren aurkako Plataforma» y ELA denunciaban los enormes beneficios económicos «de unos pocos, mientras la mayoría no puede vivir de forma digna».
Pese al enorme despliegue policial existente, ocho representantes de esta plataforma burlaron la barrera policial en varias ocasiones para echarse, un año más, pintura roja por encima para denunciar esa desigualdad económica que representa BBVA, que «apoya a los poderosos, a quienes fabrican armamento y a quienes destruyen el planeta». A medio kilómetro de allí, en la sede de BBVA en Gran Vía, LAB protagonizó una parodia y recordó que «hay dinero, lo que sobran son ladrones».
Los discursos oficiales de Francisco González y Ángel Cano recordaron que 2009 «fue un año excelente» y anunciaron que el beneficio neto alcanzó los 5.260 millones, un 2,8% menos que en 2008. Nada dijeron de la destrucción de 8.192 empleos y el cierre de 562 oficinas en los dos últimos años.
«Pensión obscena»
Una accionista abrió el turno de preguntas criticando a Francisco González por lo abultado de su pensión, además de su sueldo, «porque el CITIC chino del que participan impide a sus responsables cobrar el triple del sueldo medio de ese banco. Usted percibe muchísimo más», le dijo en público, a la vez que le censuró por haber trasladado a Madrid el centro de decisiones. Después Teresa Richard, de CIG, Eusebio Merchán, de CGT, y Joseba Arrese-Igor, de ELA, le recordaron la política antisocial que está realizando BBVA con sus empleados. «Consideramos una obscenidad que una persona responsable de este banco se haya autodotado en sólo diez años de más de 78 millones de euros en su fondo de pensiones, mientras que la inmensa mayoría de la plantilla haya sido de 12.000 euros». Arrese-Igor le espetó que «es decir una sola persona ha acumulado el equivalente a seis mil trabajadores. Es inaudito y sorprendente».
LAB denunció en la calle ante la sede del banco que «nos están intentando decir que el sistema público de pensiones está en grave peligro y que es necesario adoptar medidas regresivas, pero directivos del BBVA tienen consignadas un fondo de 79,7 millones para Francisco González o 55 millones para el prejubilado José Ignacio Goirigolzarri».
El sueldo ordinario de Francisco González alcanzó los 5,8 millones, lo que a juicio del representante de ELA, «significa 16 veces el elevado salario de Jean Claude Trichet, presidente del BCE, que gana 360.000 euros».
LAB denunció que el presidente de BBVA tiene un fondo privado de pensiones por valor de 79,7 millones, «mientras pide a los trabajadores que contengan sus salarios y reclama reducir las pensiones futuras».
Francisco González eludió una respuesta directa a lo abultado de su salario y pensión, lo mismo que a la pérdida de empleo en el BBVA. Tan sólo dijo que ser un «banco universal» tiene sus riesgos, como es que «se tomen decisiones drásticas, de las que estoy orgulloso».
Sin embargo, los representantes sindicales le recordaron que su actividad al frente de BBVA ha llevado al desmantelamiento progresivo en Euskal Herria. El representante de ELA recordó que «de 31.000 empleados se ha pasado a 26.000 y de 100 directivos, que formaba el equipo anterior y que situó al banco entre los seis grandes, hemos pasado a 2.000 directivos». Sin embargo, todos ellos denunciaron el aumento de trabajo, la precariedad laboral y pidieron a Francisco González que termine con la discriminación salarial. CCOO y UGT no participaron en la junta ordinaria.
Una accionista también criticó la puesta en venta de la sede emblemática, en el mismo momento en que se supo que BBVA tendrá que pagar un 50% más de recargo de prestaciones por amianto al ex trabajador Cosme Real. Trabajo le ha impuesto la sanción máxima por la falta de medidas de seguridad frente al amianto. J. BASTERRA
