El ex primer ministro iraquí Iyad Allawi expresó ayer su inquietud sobre los resultados preliminares de las elecciones legislativas celebradas el 7 de marzo. Su formación política, Al-Iraqiya, en dura pugna con la Alianza del Estado de Derecho (AED), del actual primer ministro, Nuri al-Maliki, explicó que la razón de ese temor se debe a la presencia de un candidato en la sede de la Comisión Suprema Electoral Independiente (CSEI), donde se lleva a cabo el recuento de votos en Bagdad.

«Hay fraudes flagrantes y claros (...) Hay personas que manipulan y cambian las cifras para aumentar las papeletas en favor de la Alianza del Estado de Derecho», afirmó a AFP Intissar Allawi, candidata de la coalición Al-Iraqiya y allegada al ex primer ministro.

«Se encontraron votos en los basureros en Kirkuk (norte) y todos eran a favor de la lista de Al-Iraqiya», precisó Allawi. «En un primer momento los electores no encontraron sus nombres en los colegios electorales y ahora cambian los resultados», añadió la candidata, que apuntó a la Comisión Electoral.

Un responsable de esta comisión, Iyad al-Kinani, rechazó las críticas. «Cuando recibimos denuncias y cuando existen problemas bloqueamos las urnas afectadas e iniciamos una investigación», manifestó a AFP. «Estamos acostumbrados a estas acusaciones por parte de los bloques políticos que o bien no están al corriente de nuestros procedimientos o bien no obtienen buenos resultados en las elecciones y hablan de fraude», agregó.

«Un partido está empeñado en dar información incorrecta», indicó el juez Qassem al-Abudi, miembro de la CSEI, refiriéndose a la formación de Allawi.

No obstante, la Comisión Electoral indicó que se han presentado cientos de quejas de irregularidades por parte de dife- rentes candidatos, sin precisar más detalles.

Acusaciones «exageradas»

Los partidarios de Al-Maliki también rechazaron las acusaciones de sus rivales chiíes y las tacharon de «exageradas». «Por el momento no conocemos fraudes, manipulaciones o presiones a los votantes», apuntó Hassen Sneid, candidato de la AED. «Es la propaganda de algunas listas. Las elecciones se llevaron a cabo en un buen ambiente y los resultados reflejan realmente el punto de vista del pueblo iraquí», insistió.

Las listas de Nuri Al-Maliki e Iyad Allawi afirmaron tener ventaja sobre sus rivales. Sneid dijo haber obtenido entre 100 y 104 escaños, según sus estimaciones, mientras que Intissar Allawi aseguró que su formación aventaja a la de Al-Maliki, con 90 frente a 75 escaños.

Ambas formaciones mantienen una lucha muy apretada por la victoria, aunque los datos del recuento son muy parciales aún y no pueden aún augurar el resultado final porque están basados en pequeños porcentajes de voto contabilizados -menos del 30%- y únicamente en seis de las dieciocho provincias.

Según los datos difundidos ayer, la AED de Al-Maliki lleva una ligera ventaja sobre sus rivales chiíes, mientras que la lista laica Allawi sigue muy por delante en las áreas donde se concentra gran parte de la minoría suní. Pero a medida que avanzaba el recuento, los datos parciales colaron entre ambas formaciones, ligeramente por detrás de la AED, a la Alianza Nacional Iraquí (ANI), formada por importantes partidos religiosos chiíes -entre ellos el movimiento del clérigo Moqtada al-Sadr-.

La diferencia entre la AED y la ANI era ayer de sólo 15.500 votos de los 313.000 contabilizadas para ambos grupos. La AED encabeza el recuento en Najaf y Babilonia y la AID, en Missane.

En tercer lugar se sitúa Al-Iraqiya, que logró una gran ventaja en lSalahedin y Diyala.

En la provincia kurda de Erbil se impone, por el momento, la Alianza Kurda, integrada por las formaciones que lideran el presidente iraquí, Yalal Talabani, y su homólogo en Kurdistán Sur, Masud Barzani. En este feudo kurdo, suníes y chiíes apenas habrían obtenido representación.

Futuro incierto

La dura competencia augura una lucha encarnizada por el poder y prolongadas negociaciones para formar Gobierno, que no espera sea constituido hasta dentro de varios meses.

No se espera que alguna de las listas electorales obtenga la mayoría absoluta en el Parlamento (163 de los 325 escaños) y pretenda gobernar en solitario. Los datos apuntan a que quien resulte vencedor deberá negociar difíciles acuerdos con el resto de formaciones políticas.