Un doble atentado suicida y una ola de explosiones de poca intensidad causaron ayer al menos 45 muertos, la gran mayoría civiles, y un centenar de heridos -una veintena de ellos de gravedad- en varios puntos de la ciudad oriental paquistaní de Lahore, la populosa urbe cada vez más vulnerable a la violencia.

Dos suicidas a pie hicieron estallar sus cargas explosivas de unos ocho kilos casi simultáneamente en torno a las 12.45 horas locales (8.45 en Euskal Herria), poco antes de la oración del viernes, en un céntrico barrio comercial del área militar de la capital de la provincia de Punjab.

Las acciones, reivindicadas por la insurgencia talibán, se registraron a apenas 60 metros de distancia la una de la otra en un área concurrida del conocido como Bazar R. A. de Lahore cuando muchos fieles se dirigían a la mezquita para ofrecer sus rezos. Una de las explosiones ocurrió cerca del templo, por donde transitaban varios vehículos militares, y la otra frente a una parada de autobús.

Horas después, poco antes de las 21.00 hora local, se inició una cadena de cinco explosiones de baja intensidad, que duró más de una hora, cerca de una comisaría, oficinas de los servicios de rescate y un mercado del barrio de Allama Iqbal.

Estas detonaciones, que apenas causaron heridos, crearon momentos de mucha tensión en la ciudad, donde las autoridades hicieron un llamamiento a la población a permanecer en sus casas.