Idoia Mendia realizó estas sorprendentes declaraciones durante una visita a las instalaciones de Ibaiondo, en Zumarraga, dependiente de su departamento, a la que acudió un grupo restringido de medios de comunicación. La reacción de la Diputación guipuzcoana no se hizo esperar y fue la responsable de Política Social, Maite Etxaniz, la encargada de responder, calificando de «grave insulto» los comentarios de la consejera de Justicia, a la que exigió «una rectificación inmediata».

«Ha quedado claro que ha hablado con un discurso prestado al que ya, desgraciadamente, estamos acostumbrados, aunque sorprende, y mucho, que lo haga suyo un cargo institucional como el que desempeña. El no saber tiene esto, que eliges el discurso equivocado pensando además que es el más popular», añadió Etxaniz.

La responsable de Política Social aludió así indirectamente a la polémica mantenida recientemente entre la Diputación y SOS Racismo sobre el trato dispensado a los menores en el centro de Deba, en el que la institución foral concentró a los chavales más conflictivos.

«Asegurar que los menores prefieren delinquir es simplemente una soflama absurda que puede acarrear graves consecuencias sociales», argumentó la diputada, que dijo que Mendia quedaba desautorizada.

Según la información difundida por la Cadena Ser, la consejera manifestó a la mañana que el hecho de que jóvenes con «situaciones complicadas» opten por delinquir para volver a Zumarraga y evitar así los centros de menores que gestiona la institución foral es «tremendo» y lo atribuyó a que «algo no se está haciendo bien».

«Los jóvenes, a pesar de tener esas situaciones personales tan complicadas, que son delincuentes y han cometido delitos, y tienen su familia desestructurada, quieren venir a estos centros. Si incluso delinquen para volver a estos centros, es que algo no se está haciendo bien en otros sitios. Es tremendo que prefieran venir a un centro de estas características a quedarse en uno de tutela de la Diputación», destacó.

Recalcó que ingresar en un lugar como Ibaiondo «es muy duro» porque, «aunque haya un esfuerzo tremendo por parte del personal que trabaja aquí e intenten dar lo mejor de sí mismos, es una cárcel, para menores, pero es una cárcel».

Idoia Mendia añadió que «merecería la pena» que las instituciones se coordinen, aprendan y compartan «los modelos» en torno a la acogida y tratamiento de menores «para intentar mejorar y dar una mejor atención» a esos chicos. Abogó por apoyarles con una «formación adecuada» y en «la adaptación al medio si son gente que viene de fuera y desconoce el idioma. Yo creo que merece la pena», insistió.