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Sanidad y prensa entonan el «mea culpa» con la crisis gripal

La crisis de las «vacas locas» sirvió para preparar la posterior crisis de la «gripe aviaria» y ésta, a su vez, como serio ensayo de la reciente pandemia de gripe A. Pero parece que administraciones sanitarias y medios de comunicación siguen sin asumir algunas lecciones, como confundir alerta sanitaria con alarmismo. Ayer, reflexionaron sobre ello en Bilbo.
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Joseba VIVANCO |

``Gripe A: lecciones aprendidas''. Con este titular, el departamento de Sanidad de Lakua organizó ayer una jornada de reflexión con representantes de medios de comunicación y profesionales sanitarios, para, como lo sintetizó el consejero Ramón Bengoa, «trabajar en una cogestión» entre ambos para «al principio del siguiente brote, nos sentemos juntos para ver cómo procesar la información». Y es que unos y otros reconocieron errores a la hora de trasladar a la sociedad una imagen que fue más de alarmismo que de objetivo alerta sanitaria.

La pandemia gripal provocada por el virus H1N1 parece hoy historia, pero el próximo 25 de abril se cumplirá un año de las primeras noticias, con origen en una granja mexicana. Y en unos meses, cuando se retome la campaña de vacunación contra la gripe estacional, este año una de las tres cepas víricas que portará será la del H1N1 -por cierto, en el hemisferio sur empezará en breve esa inoculación anual y todo apunta a que esta cepa será la que más afecte-.

Quizá porque el `mediático' virus pandémico seguirá entre nosotros, aunque no sea objeto ya de portadas periodísticas, el propio Bengoa invitó a «seguir aprendiendo entre pandemias». Porque habrá una nueva crisis sanitaria. Y para ello, Sanidad ha propuesto a los medios de comunicación una especie de «código ético de colaboración informativa» por el que ante futuros panoramas de este calibre, la relación con la Administración sanitaria sea estrecha y se actúe en todo momento con transparencia. «Ofrecer una información más saludable», lo sintetizó la directora de Salud Pública, Mercedes Estébanez, una definición que no gustó a algunos periodistas presentes.

La profesora de Periodismo de la UPV-EHU Idoia Camacho, autora de un estudio sobre el tratamiento de esta gripe en algunos periódicos españoles en sus primeros días, concluyó que hubo una cobertura excesiva, unos titulares alarmistas, datos poco elaborados, una dependencia de las fuentes oficiales y una contribución de la prensa «a extender el pánico entre la población». También una percepción parecida la tuvieron los ciudadanos y profesionales sanitarios vascos entrevistados para un estudio de Ikerfel sobre percepción social de la crisis gripal.

Desconfianza en la vacunación

Tampoco la administración salió bien parada, ya que desde los medios se la achacó excesivo protagonismo y falta de claridad en ocasiones. Pedro Arias, director del centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, respondió de una manera llana a la hora de tener que dar respuestas sobre una crisis así: «Del virus de la gripe sabemos mucho, pero no lo suficiente. Y una de sus características es que es muy puñetero». Y respecto a la actitud de administraciones y medios de comunicación durante la crisis, advirtió que «sabremos si hemos aprendido algo sólo cuando nos vuelvan a preguntar la lección». Él, prosiguió, ya ha aprendido una. «Debemos ser muy humildes a la hora de enfrentarnos a los virus», concluyó.

Otra de las enseñanzas de este trance sanitario la confesó el propio consejero Bengoa, al reconocer que «estamos preocupados por la desconfianza hacia las vacunas». Baste el dato para la CAV de que sólo un 22,6% de la población incluida en los grupos de riesgo llegó a vacunarse, frente al 69,8 alcanzado en la campaña de la gripe estacional. Pero es que sólo un 9,8% del personal sanitario, médicos incluidos, hizo lo propio, e, igualmente significativo, el que únicamente una de cada diez embarazadas confió en la bondad de la vacuna.

El viceconsejero de Sanidad, Jesús María Fernández, defendió el aval científico de la vacuna contra la gripe A, aunque tuvo que reconocer que «algunos» profesionales médicos no han trasladado esta recomendación a sus pacientes, lo que les llevará a una reflexión sobre ello. Curiosamente, el estudio de Ikerfel sobre percepción social de la crisis propone dar mayor protagonismo en estos casos a los propios profesionales sanitarios, los mismos que, se ha constatado, no quisieron vacunarse.

El consejero Bengoa, en cualquier caso, recordó que «cuando vuelva la estación de la gripe este año es probable que vuelva esta gripe», y subrayó que, «aunque ese virus no ha sufrido cambios importantes antigénicos, sigue siendo muy importante inmunizarse de nuevo». Pero aún desconoce si las vacunas no utilizadas podrán aprovecharse o no.

balance de la crisis

Sólo se ha utilizado una tercera parte de las 370.000 vacunas adquiridas por Lakua; se han atendido por gripe A a 90.300 personas, de las que 733 fueron hospitalizadas, 74 ingresaron en la UCI y fueron siete las que fallecieron; hubo 1.229 sospechas de reacciones adversas a la vacuna.

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