La Junta General de accionistas de Iberdrola será mañana algo más tranquila. La tensión bajó unos grados una vez que se conoció que el Congreso español había aplazado la votación sobre la retirada de los blindajes en determinadas compañías, según la enmienda que presentó el PSOE a la nueva Ley de Sociedades Anónimas. Si se rompe ese blindaje, es más que probable que la compañía de origen vasco no mantenga su control en Bilbo, algo que ha ocurrido con BBVA que, aunque cuenta con el domicilio fiscal en la capital de Bizkaia, el centro de decisiones se ha desplazado a Madrid. En 2009, la eléctrica «realizó compras a 1.500 empresas vascas por valor de 1.100 millones; invirtió 85 millones y el impacto fiscal de su actividad ascendió - según informó la eléctrica vasca- a 370 millones».

La desaparición del blindaje se votará el 6 de abril. El problema se aplaza, pero no se resuelve, aunque permite a José Ignacio Sánchez Galán pasar la cita anual con sus accionistas con algo más de tranquilidad. En el cara a cara con los medios de comunicación previo a esa junta, el presidente de Iberdrola se remitió en varias ocasiones a un comunicado en el que se determina que ACS es «competidora» de Iberdrola y de ahí la oposición a que entre en el núcleo de poder de la eléctrica.

El presidente de Iberdrola señaló que «no entiende» el porqué de esa enmienda, cuando en la Unión Europea -salvo en dos estados- no se han adoptado medidas en ese sentido.

No obstante, a lo largo de la Junta General de mañana viernes se dará «cumplimiento de la legalidad vigente. Se dará curso a la solicitud de Residencial Monte Carmelo, sociedad participada al 100% por ACS, quien ha solicitado una representación proporcional (6,67%) en el consejo de administración. Podrá designar a un miembro en el consejo de administración de Iberdrola». Sin embargo, la nota advierte de que «la sociedad respetará, en todo caso, la voluntad de los accionistas». Con este paso, la multinacional eléctrica de origen vasco cumple el ritual oficial, en espera de que la mayoría de los accionistas rechace este viernes en el Palacio Euskalduna el nombramiento de los emisarios de Florentino Pérez, presidente de ACS.

Sánchez Galán se pasó buena parte de la rueda de prensa eludiendo las consecuencias del fin del blindaje. Tampoco quiso enjuiciar la decisión del presidente del Gobierno español y líder del PSOE en esta actuación. Sin embargo, aseguró en el museo Guggenheim que su compañía tiene «un proyecto industrial e independiente a largo plazo en defensa de los intereses de los accionistas» y que «quien quiera controlar la empresa debe lanzar una OPA por el 100%, en metálico». Al cierre de febrero, el valor de Iberdrola estaba situado en 31.062 millones, pero no quiso pronunciarse sobre cuál sería el valor de la posible venta. Dijo, tan sólo, que «vale mucho y somos muy rentables». En este sentido, recordó que en los diez últimos años de actividad, de 2000 hasta 2009, con la crisis incluida, las empresas del Ibex 35 de la bolsa española se revalorizaron en un 2,5% de media, pero «Iberdrola lo ha hecho a un ritmo del 93%».

Problema aplazado

José Ignacio Sánchez Galán sabe que es muy difícil una OPA por la totalidad de la empresa, de ahí la insistencia de algunos medios de comunicación en que la operación de compra «igual se hace a través de alguna empresa representada en el consejo de administración», una vez que desaparezca el blindaje. De momento, la demanda del PNV de aplazar el debate para que sea consensuado obtuvo ayer el beneplácito del presidente de la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso de los Diputados, Antonio Gutiérrez. Sin embargo, el problema no ha desaparecido, sino que se ha alejado de la junta general.

Iberdrola es una empresa puntera a nivel mundial y, por lo tanto, capta muchos intereses de otras empresas. ACS, sin embargo, necesita liquidez económica para hacer frente al pago de su deuda, por lo que es fácil que esté pergeñando una operación puente, como hizo hace ya casi dos años con EDF.

El presidente de Iberdrola insistió en el mensaje de que «la palabra la tienen los accionistas el día de la junta». Reconoció que entre los accionistas vascos y el capital vasco de BBK y Caja Vital reúne un apoyo del 20%, aproximadamente. Calificó de inversores «fieles y con vocación a largo plazo» a las cajas con presencia en el capital.

Además, aseguró que la presencia de estas entidades está justificada por el «crecimiento sostenido y sostenible de Iberdrola». BBK (6,8%) y Bancaja (5,7%) son, detrás de ACS (12,7%), los principales accionistas de Iberdrola. En la eléctrica también tienen acciones Unicaja (1,49%), Caja de Ahorros de Murcia (0,6%), Caja Duero (0,65%), Caja de Ahorros Castilla-La Mancha (0,58%), Caja de Ahorros Municipal de Burgos (0,32%), Caja Segovia (0,18%), Caja España (0,15%), Caja Vital (0,13%), Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Avila (0,07%) y Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Extremadura un (0,07%). Sánchez Galán ratificó las buenas relaciones que mantiene con sus inversores.

En ese sentido, la eléctrica vasca recordó que los informes jurídicos con que cuenta indican que ACS es «competencia en el sector de la energía», en concreto en un 40% de la actividad de ACS, por lo que no estaría aconsejado dejar entrar a la competencia al núcleo de decisión de Iberdrola, como ocurre en otras compañías. Sin embargo, Sánchez Galán no se atrevió a determinar cómo se valora a un competidor, ni a precisar en qué áreas compite con la empresa de Florentino Pérez.

En este caso, se remitió al comunicado de prensa entregado a la entrada del habitual contacto con los medios previo a la Junta general de accionistas. Iberdrola indica que «estos informes y dictámenes, así como las respectivas presentaciones de resultados correspondientes al ejercicio 2009, evidencia que ambas compañías [ACS e Iberdrola] son competidores reales en numerosos mercados y han rivalizado en licitaciones nacionales e internacionales para la prestación de servicios y la realización de proyectos. La competencia es particularmente intensa en diversas áreas estratégicas de Iberdrola, extendiéndose, entre otras, a la producción de energía, uno de los principales negocios del grupo Iberdrola».

Algunos responsables de la eléctrica han calificado la operación de ACS «y lo que hay detrás» como la mayor «agresión a los accionistas desde que Endesa trató de absorber a Iberdrola hace ocho años».