
Munilla responde a sus cr�ticos que quiere ser un obispo �a pie de obra�
Un a�o m�s, en v�speras de Domingo de Ramos, miles de fieles cumplieron con la marcha a Arantzazu, presidida por vez primera por Jos� Ignacio Munilla, aunque con menor participaci�n que otras veces.
GARA | O�ATI
Las aguas bajan turbias en la Iglesia cat�lica guipuzcoana y a ese oleaje no tuvo m�s remedio que referirse el nuevo obispo de Donostia, Jos� Ignacio Munilla, al ser preguntado por ello en su primera participaci�n al frente de la anual marcha a Arantzazu. Respondi� que trata de acercarse a los cr�ticos con su nombramiento �desde el primer momento� en que fue ordenado, porque no desea ser �obispo desde la distancia, sino a pie de obra�. A�adi� que �me parece que es muy importante el t� a t�, es muy sanador; una de las cosas m�s gozosas que hay en la vida del obispo son los encuentros personales�.
Por lo dem�s, el de ayer fue el estreno de Munilla al frente de esta tradicional subida desde O�ati a Arantzazu, en la que a tenor de las cifras de participantes se puede pensar que la asistencia fue sensiblemente menor que otros a�os.
El franciscano I�aki Beristain, uno de los organizadores del evento religioso, avanzaba el d�a previo en un diario guipuzcoano que se esperaba la participaci�n de unas 5.000 personas, toda vez que se hab�an contratado 44 autobuses para trasladar a 2.300 personas, un n�mero que se esperaba doblar con la gente que acude en veh�culo propio.
Si hacemos un repaso a la hemeroteca, el a�o pasado, el mismo c�lculo del d�a previo cifraba una participaci�n esperada de cerca de 7.000 personas, aunque al d�a siguiente se informaba de que fueron cerca de 8.000 los feligreses que recorrieron los nueve kil�metros hasta el santuario. Si vamos un poco m�s atr�s en el tiempo, observamos que en 2007 el obispado de Donostia esperaba una afluencia de entre 6.000 y 8.000; y en 2006, aguardaba m�s de 6.000 part�cipes.
La palabra que no �germina�
Los asistentes iniciaron la marcha -en la que no falt� la lluvia a ratos- a las 9.30 desde O�ati, tras una pancarta con el lema en euskera y castellano: ``La palabra, vida y compromiso'�.
A ellos se uni� en el inicio de la marcha el obispo Jos� Ignacio Munilla, quien recorri� portando la pancarta los kil�metros de subida al santuario. Una vez llegados a la explanada, el obispo pronunci� una homil�a en la que alert� de las dificultades para que la palabra de Dios �germine� en los creyentes. La primera de ellas, dijo, es la �indi- ferencia�, sobre la que, seg�n record�, �la Madre Teresa de Calcuta dec�a que es el peor de los males�.
Tambi�n advirti� de la tentaci�n de la �inconstancia�, tras lo que indic� que �el abrazo a la cruz es el precio de la perseverancia, del encuentro definitivo con Dios�. La tercera dificultad para que la palabra �germine� en los fieles es la que denomin� �doble vida�, la �tentaci�n de compaginar la vida cristiana con una vida mundana�.
�La aut�ntica recepci�n de la palabra de Dios requiere de nosotros una plena disposici�n para cortar con tantas incoherencias, presupuesto indispensable par acoger la llamada a la conversi�n�, concluy�.