GARA > Idatzia > Kultura> Zinema

La pérdida de la humanidad

Iñaki LAZKANO

Kazetaria eta Gizarte eta Komunikazio Zientzien irakaslea

Semana de Pasión en la pequeña pantalla. Grandes clásicos de corte religioso -«Los diez mandamientos» (1956), «Ben-Hur» (1959) y «Quo Vadis» (1951), entre otras- colonizan las parrillas televisivas del magno Estado aconfesional. Los medios más reaccionarios se inclinan por mediocres hagiografías como «Juan Pablo II» (2005), mientras la izquierda exquisita desempolva «La misión» (1986). No hay lugar para la crítica. Ni tan siquiera para las visiones alternativas. Se respira un ambiente condescendiente en exceso con las posiciones más conservadoras de la Iglesia.

Nadie espera ya que cadena alguna programe «Yo te saludo, María» (1984); esa polémica película de Jean-Luc Godard cuya protagonista descubre estar embarazada pese a no haber mantenido relaciones sexuales. No obstante, filmes críticos como «Amen»(2002) deberían ser, sin duda, más útiles que los panegíricos elaborados a imagen y semejanza de «Un país lejano» (1981). La película de Costa-Gavras, en concreto, al soslayar el culto a la personalidad y abordar las aristas más espinosas del papa Pío XII, fomenta el debate histórico y ético sobre su silencio ante el horror nazi. Lamentablemente, cualquier filme de carácter religioso que se distancie de la línea oficial es etiquetado como «desaconsejable» y vilipendiado hasta que cae en el ostracismo. Contrariamente a lo que pudiera parecer, no son las cintas anticlericales las que más enervan a las autoridades eclesiásticas. Los pupilos de Rouco Varela se muestran aún más inflexibles con las películas que ofrecen una visión más humana que divina de Jesús de Nazaret. Martin Scorsese, sin negar la naturaleza divina de Jesús, acentuó su lado más humano en «La última tentación de Cristo» (1988). La guía de películas religiosas de la Conferencia Episcopal todavía no ha perdonado tal afrenta.

Asimismo, «El Evangelio según San Mateo» (1964) incide también en la naturaleza humana de Jesús. Pasolini lo presenta como un ser excepcional que defiende a las víctimas de una sociedad injusta. Esa visión coincide, en gran medida, con la imagen que José Antonio Pagola ofrece de Jesús en el libro «Jesús. Aproximación histórica»; publicación que los sectores más conservadores de la Conferencia Episcopal quieren hacer desaparecer porque, aparentemente, el Jesús de Pagola no es el Jesús de la fe de la Iglesia. Puede que no lo sea. O puede que la Iglesia a la que Pasolini dedicó su película, haya cambiado. Puede que haya perdido su humanidad.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo