En Santurtzi nadie se fía de las palabras de Iberdrola sobre la térmica
En diciembre se anunció a bombo y platillo el desmantelamiento de la central térmica. En enero transcendió la petición de Iberdrola al Gobierno español para construir una planta de ciclo combinado. En marzo, en la previa a la Junta de Accionistas, el presidente de la eléctrica afirmó que, a corto y medio plazo, no se acometerá; los vecinos de Santurtzi no se fían y, por ello, lucharán para impedir su instalación.Agustín GOIKOETXEA |
«Tremenda alegría», dijo sentir el alcalde de Santurtzi, el jeltzale Ricardo Ituarte, cuando el 11 de diciembre de 2009 valoraba ante los medios de comunicación el desmantelamiento de los dos grupos de la obsoleta central térmica, aunque otras dos unidades de ciclo combinado continúan con su actividad.
«Se trata de una noticia que trasciende el ámbito municipal y que nos alegra enormemente por lo que supone desde el punto de vista medioambiental y de impacto visual en el monte Serantes», remarcó Ituarte.
Pero la alegría se transformó en indignación poco tiempo después -el 28 de enero de 2010-, cuando transcendió que Iberdrola había solicitado al Ministerio español de Medio Ambiente permiso para construir una planta de ciclo combinado en el espacio donde ahora se desmantelan los equipamientos de la térmica. Si las chimeneas de ésta tenían 156 y 186 metros de altura, las de la que se convertiría en la mayor central de producción energética de la CAV, con una capacidad de 1.500 MW, dispondría de dos de 90 metros;Bahía de Bizkaia, en Zierbena, produce 800 MW; y la de Boroa, en Zornotza, 750 MW.
El proyecto de Iberdrola ha cosechado el rechazo de Santurtzi, empezando por el propio alcalde, que ha afirmado que la maltrecha calidad del aire de la localidad marinera no soportaría dos nuevas unidades de ciclo combinado en el complejo anexo al barrio de San Juan. «Según la ley de calidad del aire y protección de la atmósfera, no se puede autorizar este tipo de instalación si el incremento de la contaminación sobrepasa los objetivos de calidad del aire. Y en el caso de Santurtzi ya están sobrepasados», declaró Ituarte.
En el pleno de febrero, el Consistorio -con los votos de PNV y PP, en contra del PSE y la abstención de EB- instó al Ejecutivo español, y en la medida de sus competencias a Lakua, a no otorgar la licencia a la eléctrica. Al margen de este pronunciamiento, asociaciones vecinales y ecologistas han anunciado que lucharán porque el proyecto de Iberdrola no se haga realidad. Para ello, han presentado diferentes alegaciones y articulado otras iniciativas.
Las alegaciones municipales, por ejemplo, inciden en la repercusión que nuevas emisiones de CO2 y otras sustancias tendrían sobre la maltrecha calidad del aire, junto con las consecuencias negativas en materia de ruido, acumulación de infraestructuras energéticas y degradación de los espacios.
Desde Ekologistak Martxan se resalta que una central de ciclo combinado a menos de 200 metros de distancia de las viviendas del barrio de San Juan no tiene justificación. El organismo denuncia que sus promotores -Hidroeléctrica Ibérica SLU, participada al 100% por Iberdrola- «ignoran la crisis económica y el estancamiento de la demanda de electricidad actual».
Declaraciones sorprendentes
El movimiento opositor al proyecto es de calado, como lo demuestran los diversos agentes implicados en la batalla. En medio de los pronunciamientos y primeras acciones públicas -como la recogida de firmas o la instalación en muchos hogares santurtziarras de un pañuelo rojo como señal de oposición-, el 24 de marzo, en el transcurso de una comparecencia previa a la Junta de Accionistas que se desarrolló al día siguiene en Bilbo, el presidente de Iberdrola tuvo que reconocer que en el Estado español (incluye a Hego Euskal Herria) hay «un excedente de capacidad instalada de ciclos combinados».
«Por lo tanto, no vemos previsible en el corto y en el medio plazo que sea necesario construir ni en Santurtzi ni en ningún otro sitio, porque tenemos excedentes de capacidad a nivel nacional. Por tanto, no hay ninguna previsión en el medio plazo», argumentó. Ignacio Sánchez Galán añadió que «dicho esto, los proyectos están ahí y habrá que ver qué hacen las futuras generaciones».
La reacción de los vecinos de San Juan fue inmediata, al asegurar que no se fían de las manifestaciones del presidente de la eléctrica y que, por ello, se mantendrán vigilantes para impedir cualquier paso que haga posible la construcción de la planta de ciclo combinado.
Más contundente es aún la izquierda abertzale, que reivindica el cierre también de las dos unidades de ciclo combinado en marcha y se opone a la instalación o ampliación de nuevas infraestructuras energéticas en el complejo portuario. Las palabras de Sánchez Galán no convencen a los independentistas, ya que estiman que no se presenta un expediente tan complejo al Gobierno español para luego decir que no se va a hacer.
Preocupa especialmente las empresas contaminantes e industrias vinculadas a la energía que se han instalado en los muelles del superpuerto. A este respecto, critican que el Ayuntamiento no haya sido responsable de los permisos de actividad de muchas de ellas. «El puerto es un polvorín, pero lo grave es que desconocemos, también el Ayuntamiento, la naturaleza de algunas de las infraestructuras levantadas allí. Desde Muskiz a Santurtzi, la cantidad de industria pesada y contaminante es desproporcionada», apuntan.
Tampoco confían mucho desde la izquierda abertzale en la oposición del PNV a la planta de ciclo combinado, en base a que ha sido este partido el que ha impulsado proyectos como los de Zierbena o Boroa. «Ante la cercanía de las elecciones municipales, es lógico que el alcalde se posicione en contra, aunque también lo es con los antecedentes que lo asuma», añaden.
La Viceconsejería de Medio Ambiente tiene previsto modificar el contenido de la Autorización Ambiental Integrada (AAI) concedida a Petronor en relación con las medidas a adoptar ante incidentes en la refinería, tal y como la consejera Pilar Unzalu asegura en una respuesta a una pregunta formulada por el parlamentario del PNV Norberto Aldaiturriaga.
La pretensión de Lakua es que se incorpore en las operaciones de parada y puesta en marcha un protocolo con aspectos medioambientales que se han de barajar, como las condiciones atmosféricas adversas que se puedan dar en el entorno del complejo petroquímico. Además, ha consensuado con los consistorios de Abanto, Muskiz, Ortuella y Zierbena los supuestos y la forma en que se les informará de los incidentes.
Estas iniciativas se adoptan tras el episodio de contaminación atmosférica del 5 de febrero, en el que vecinos de Abanto, Muskiz, Ortuella y Zierbena sufrieron picores de ojos, malos olores y otras molestias que obligaron a tres personas a recibir atención hospitalaria. Unzalu concluye que la red de control de la calidad del aire no detectó valores límites y tampoco hay datos analíticos al respecto, aunque se percibieron pequeños niveles de amoníaco, compuestos reducidos de azufre y una mezcla de hidrocarburos de cadena y sulfuro de hierro. A.G.