Maite SOROA
Donde dije digo, digo Diego
Se pueden imaginar la velocidad con que algunos (muchos) columnistas, editorialistas y opinadores de todo pelaje han salido a la palestra para acomodar sus opiniones a la sentencia del «caso Egunkaria» y cantar así la grandeza del sistema español. Lo decía sin vergüenza alguna el escribidor de Pedro J. Ramírez en «El Mundo»: «El fallo de la Audiencia Nacional es el mejor ejemplo de que el Estado de Derecho funciona». Pues la verdad es que si cerrar periódicos, torturar a periodistas, encarcelarlos, dejar sin trabajo a cientos de trabajadores... es funcionar, tienen razón Ramírez y su amanuense.
Muchos más corrieron a buscar un nuevo sitio bajo el sol. No caben todos en esta lupa de papel, pero baste un ejemplo como botón de muestra.
Corresponde al Grupo Vocento, que ayer, en sus cabeceras de «El Correo Español» y «El Diario Vasco», editorializaban con aire solemne: «Justa absolución». ¡Toma ya!
Según el desmemoriado escribiente, «la sentencia absolutoria de la Audiencia Nacional en el `caso Egunkaria' no sólo ha confirmado todos los temores que existían sobre el endeble basamento de la instrucción judicial y de las acusaciones particulares». No se ponía ni siquiera colorado el tío al escribir que «en ningún caso cabría justificar la clausura del periódico que regentaban, en tanto que el contenido de éste no obedecía al explícito dictado etarra».
Eso lo decía ayer el editorialista del `Grupo Vocento'. Pero como la hemeroteca es traicionera, leamos qué escribió José Antonio Zarzalejos, alto directivo del mismo Grupo Vocento, sólo tres días después de la clausura. No pierdan ripio: «Cuando los vascos leemos versiones políticamente correctas sobre la libertad de expresión con ocasión de la clausura judicial de Egunkaria, se nos hiela la sangre. ¿Es posible que los compatriotas de fuera del País Vasco sigan sin entender que la expresión última de ETA es el asesinato pero que para llegar a él la banda se ha instalado en instancias que aparentan respetabilidad? Quiero suponer que no se conocen los contenidos del clausurado diario».
Y en este plan andaban ayer muchos. Lo iremos viendo en días sucesivos. ¡Qué interesante es la hemeroteca!