La sentencia absolutoria de la Audiencia Nacional en el asunto de Egunkaria no deja de ser una buena noticia dentro del pesimismo que provoca toda la argumentación exculpatoria. Los legos estamos muy escamados del lenguaje procesal y de todos los considerandos, por lo tanto, además de celebrar con todas nuestras fuerzas el fin de esta barbaridad auspiciada desde los instrumentos de poder del Estado español, de solidarizarnos todavía más con los que han sufrido en sus carnes la detención, la tortura, la vejación y el terror de verse zarandeados por decisiones a todas luces, y ahora con sentencia incluida, fuera de toda lógica, lo que nos deja es un gran poso de incredulidad. Si esto está claro, ¿por qué no se aplica a todos los otros casos en los que está exactamente igual de claro?

En el mismo bloque de noticias de tribunales se nos mezcla esta absolución fundamentada en que se había partido de «tesis preconcebidas», es decir, eso será lo que ellos llaman prevaricación. Quizás sea simplemente una argumentación literaria para quitarse uno de los marrones liberticidas más escandalosos de los últimos años, junto, no se olvide a Egin, Egin Irratia y todo lo que ello supuso, que se recuerda a tirios y troyanos, eran también dos medios de comunicación, o sea, exactamente igual que lo ahora absuelto. Tesis preconcebidas en ambos casos, en uno con el Ilustrísimo (de momento) señor Baltasar Garzón entrando como Atila al frente de cientos de policías en las dependencias de un periódico. Imágenes para la memoria del juez justiciero. ¿Cómo está este asunto judicialmente?

Bueno pues resulta que ahora unas asociaciones acusan a los jueces que acusan a Garzón de prevaricar, de prevaricadores. Con lo que empujando un poco más, el delito de prevaricación, que en un juez es el baldón más grande, se va a convertir en un cachondeo. Yo prevarico, pero prevarico menos que tú. Quizás sea el camino de disolución a medio plazo del poder judicial. A no ser que tener «tesis preconcebidas» sea el modelo de judicatura berlusconiana a implantar. Yo también tengo tesis preconcebidas sobre la justicia. Me las callo porque no tengo toga y los gerundios me cansan.