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TRAS LA ABSOLUCIÓN DE «EGUNKARIA»

Cuando «todo era ETA», hasta accionistas y parques

La Audiencia Nacional acaba de admitir que todo el proceso a «Egunkaria» partió de un monumental «artificio», basado una vez más en el «todo es ETA». El instructor Juan del Olmo llegó a escribir que los accionistas aportaban dinero porque lo pedía ETA, o que ETA creó el Parque Martin Ugalde. Aquella gigantesca bola arrastró a todo tipo de opinantes que quedaron retratados en la hemeroteca. ¿Y ahora, qué?

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Ramón SOLA

La sentencia de la Audiencia Nacional no puede ser más clara. Todo era mentira, una gran bola echada a rodar sin freno posible. Un «artificio» basado en tesis «preconcebidas», construido sin pruebas y con indicios tergiversados, y cosido por supuestos «peritos» igualmente falsos. Ayer predominaron los silencios de quienes en aquellos primeros días y meses -con los años la cuestión se fue enfriando- asumieron tal patraña.

Al instructor, Juan del Olmo, lo definió en su día ``El País'' como «el hombre tranquilo» de la Audiencia Nacional. Pero nadie lo diría a la vista de la velocidad que imprimió a la pluma para dictar autos como el que precedió al cierre de ``Egunkaria'', o el que envió a prisión a varios responsables ahora exculpados, o el dictado unos meses después, en julio de 2003. Para entonces, el instructor no sólo tenía claro ya que el periódico y sus responsables eran de ETA, sino que apuntaba incluso a los accionistas.

En relación a quienes habían puesto dinero para Egunkaria Sortzen, Del Olmo veía conveniente «mencionar que los accionistas no invierten su dinero en una empresa; lo hacen por ser partidarios de ETA, porque así se lo han pedido ETA y sus organizaciones satélite para sus propios proyectos (...) El éxito de las cuestaciones populares no es creíble; por lo tanto, sólo parte de ese dinero pudo provenir de dicha fuente».

Tales afirmaciones quedan ahora desmontadas, pero se repiten en otros muchos sumarios condenados, como el de ``Egin''. La incapacidad de los jueces de la Audiencia Nacional para entender cómo funciona la sociedad vasca está ampliamente acreditada, con ejemplos hilarantes como aquel auto sobre «limpieza étnica» en el que el juez Garzón afirmaba que los padres y madres se negaban a inscribir a sus hijos en Barakaldo, obviando que sólo habían nacido allí por un hecho circunstancial: la ubicación del Hospital Materno-Infantil de Cruces.

Volvamos a Del Olmo, pero sin olvidar que su pluma la movía la «investigación» de la Guardia Civil que ahora ridiculiza la Audiencia Nacional. Sin salir del año 2003, para octubre el juez ya veía a ETA en todo el Parque Martin Ugalde de Andoain: «Lo más probable es que fuese creado para ofrecer emplazamiento a uno de los órganos [Egunkaria] responsable de la consecución de uno de los objetivos básicos necesarios para que ETA pueda lograr su fin último. Dicho fin último es expandir e imponer de forma exclusiva el uso del euskara en la CAV, en Navarra y en el País Vasco Francés, marginando el uso del castellano y del francés». Lo escribió un juez de la misma Audiencia Nacional que dice ahora que situar a la orden de ETA a todo lo que tenga que ver con el euskara y la cultura vasca es «una visión estrecha y errónea».

Cuando «todo era ETA», sin embargo, cualquier cosa servía. Del Olmo dejó otra perla el 9 de abril de 2004, al ratificar el cierre del diario: «Cuando `Egunkaria' afirma en uno de sus once principios que es nacional quiere decir que abarca los territorios que el nacionalismo cataloga como vascos, en conformidad absoluta con lo que ETA considera como Euskal Herria».

Y, en fin, ¿qué más prueba cabía que la de que «Egunkaria» fuera un diario en euskara? Del Olmo también lo escribió: «La difusión obtenida por un periódico íntegramente en euskara es primordial para el proceso de construcción nacional, porque es indicador del nivel de euskaldunización de un territorio que se quiere escindir del Estado, porque otorga al pueblo un elemento diferenciador y, en consecuencia, porque es el reflejo de la correlación de fuerzas necesaria para que ETA pueda lograr sus objetivos».

A rebufo del «artificio»

Sobra decir que cuando todo esto se escribió, y se escribió en papel judicial, nadie se escandalizó. Al fin y al cabo, la tesis de fondo era la misma que ha sustentado otros macrosumarios concluidos con condenas en la Audiencia Nacional y en el Tribunal Supremo, y que, al menos hasta ahora, ha estado vigente como verdad absoluta para la opinión pública española, que no vasca.

Así que José María Aznar no vio problema para definir a ``Egunkaria'' como «bandera de conveniencia de ETA», ni Francisco Llera -director del Euskobarómetro- para afirmar que «es sobradamente conocido que la red terrorista y sus mallas subculturales tienen tocada buena parte de nuestro tejido institucional y social», ni el tertuliano Germán Yanke para escribir que «Otamendi ha demostrado que no es sino un desgraciado agente de la dictadura etarra». En internet hay recogidas un montón de declaraciones similares del tiempo en que todo era ETA, hasta los accionistas y los parques, mientras no se demostrara lo contrario.

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