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Iruñea responde con una protesta sonada a la cumbre de la UE sobre renovables

La primera jornada del seminario de expertos en energías renovables de la Unión Europea en Iruñea fue acogida por una marcha organizada por más de veinte colectivos en denuncia del «desarrollismo depredador» que practica la «Europa del capital».
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Aritz INTXUSTA |

Iruñea recibió ayer el inicio del congreso sobre energías renovables con una manifestación y mucho ruido. Más de veinte colectivos se dieron cita en la Plaza del Castillo de la capital navarra para marchar hacia el Baluarte «armados» con pitos, carracas, sirenas y panderetas.

Bajo el lema «Contra la Europa del capital. Lurra herrien etorkizuna», los activistas avanzaron hacia la sede donde tenía lugar el congreso en medio de un amplio despliegue policial. La desproporción entre los agentes y los manifestantes era tal, que toda la comitiva fue rodeada por un denso cordón policial durante todo el recorrido.

El ruido era ensordecedor, ahogaba incluso lemas cantados a pleno pulmón como «Ama Lurra, defenda dezagun» o «Ez, ez, ez, AHTrik ez». El megáfono tuvo que apagar la sirena para que finalmente se escucharan consignas contra Acciona y Gamesa, las térmicas de Castejón y el casi inevitable, ante semejante presencia policial, «Alde hemendik».

Además de todo tipo de utensilios para hacer el mayor ruido posible -en la convocatoria se dejaba claro que el objetivo era que «los (ir)responsables de la energía nos oigan»- los manifestantes lucían banderas de sus distintos colectivos. Se podían apreciar enseñas de la CGT, de la plataforma contra el TAV, de grupos feministas... Tras la pancarta principal había otra enorme de LAB en la que se leía «Stop desarrollismo-capitalismo. Nafarroa bizi behar du».

La comitiva aguantó apenas unos segundos frente a la plaza del Baluarte -eso sí, desde el otro lado de la carretera- antes de que la Policía española les condujera hacia adelante hasta el Paseo Sarasate, donde tuvo lugar la lectura del comunicado. Mientras que los agentes de la Policía española iban a cara descubierta, aunque enseñando bocacha y con el casco de antidisturbios colgado de su cinturón, los policías forales que custodiaban el centro de exposiciones iban embozados y con el casco calado. El cordón de forales estaba formado por decenas de agentes, que aguantaron impasibles el arreciar de la pitada. Había cinco furgonetas rojas aparcadas en la plaza y varias más en los flancos del edificio.

El medio ambiente y el pueblo

De entre todas las organizaciones, las elegidas para leer el comunicado fueron Ekologistak Martxan y la Plataforma contra la línea de alta tensión Castejón-Gasteiz. Ambas criticaron el «sistema depredador» que la UE postula sobre la energía, donde los recursos naturales se «ponen al servicio del desarrollismo capitalista liderado por multinacionales». Por contra, los manifestantes de ayer demandaron que las energías renovables deben «servir a los intereses de la ciudadanía, a los pueblos en las que se ubican». A su juicio, la reunión era un ejercicio de «hipocresía», puesto que los principales dirigentes que presiden la reunión son defensores de la energía nuclear.

Miguel Sanz prefiere hacer oídos sordos

El presidente del Gobierno de Nafarroa, Miguel Sanz, abrió ayer el seminario sobre energías renovables destacando que el herrialde se ha convertido en «referencia mundial» en esta tecnología. Sanz parecía ajeno a las actuaciones que ha tenido su Gobierno en materia medioambiental y que ayer nutrieron las filas de la manifestación en contra de un seminario tachado de «hipócrita». Los propios colectivos convocantes de la protesta se las recordaron al término de la misma: «macroparques eólicos en nuestros montes, autopistas eléctricas de alta tensión (...) El propio TAV, que además de destruir nuestro patrimonio natural, supone una exigencia de producción energética que multiplica la destrucción». Asimismo, recordaron a Sanz el «pelotazo» de Esteban Morrás con la venta de EHN a la multinacional Acciona. En esa transacción Morrás desembolsó 1,9 millones de euros en acciones y su inversión se multiplicó hasta los 42,5 millones. También recordaron que el Gobierno no ha resuelto la situación en la planta de Gamesa en Altsasu, la primera en fabricar palas para la industria eólica y ahora amenazada de cierre por una multinacional que sigue en beneficios. A.I.

«Que nos oigan»

El objetivo de la manifestación ruidosa era que «los (ir)responsables de la energía de la Unión Europa nos oigan». La cumbre, aunque de segunda fila, está encabezada por el comisario de energía de la UE, favorable a la energía nuclear.

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