Lor diversos motivos se conoce a este erguido peñasco como El Castillo, León Dormido o La Picota. Esta montaña como sus vecinas de Toloño fueron escenarios de las guerras carlistas, en especial en el tercer evento bélico que tuvo en la próxima ciudad Rioja alavesa de Biasteri (Laguardia), el centro de operaciones. Quedan aún vestigios de fuertes y reductos defensivos como los de San León, Vallehermoso y el que se asienta en la cumbre del peñasco de Lapoblación.

Como las sierras vecinas de Kodes y Toloño, pese a su modesto alzamiento sobre el cordal, lo que le da un mayor aspecto fotogénico, la Peña de Lapoblación establece la frontera bioclimática entre las influencias del Atlántico y el Mediterráneo. Mientras en el carasol hay predominio del roble y la encina, con enebros, bojes y juníperos, en la vertiente contraria está poblado de un denso hayedo, una vegetación exultante donde disfrutar del paisaje verde.

En el carasol de esta abrupta montaña por la que circunvala el sendero SL NA-195 se encuentra encaramado en sus faldas el pueblo de Lapoblación. Situado a 961 metros de altitud -el segundo pueblo más alto de Navarra- entre los puertos de Kabredo y Bernedo conserva alguna casona blasonada junto a su fornida iglesia, edificio gótico de sillería (s. XII al XVII).

El punto de partida lo encontraremos junto al panel informativo del sendero SL NA-188, situado en la trasera del pequeño frontón y la iglesia. Un poste de dirección nos encaminará entre las últimas casas del pueblo a una pista de hormigón por la que continuaremos por terreno por los flancos de la montaña en un suave paseo entre un robledal. A la altura del cementerio el hormigón da paso a una pista de tierra y poco más adelante dejaremos un desvío a la izquierda que lleva a la cumbre de Lapoblación por la cara norteña (señal flecha roja).

Junto el camino nos acompaña un tendido de alimentación de una torre de comunicación, a la que llegaremos una vez desembocado en una pista de hormigón. En este lugar encontraremos un sugerente banco y un indicador del sendero. Aquí habremos contorneado la «cola» del León Dormido, donde el haya toma predominio en el manto forestal y poco después estaremos ante un repetidor de TV. Haciendo caso omiso al camino ascendente de la izquierda, seguir por el de la derecha, en suave descenso, entre un denso bosque de hayas, con sotobosque de bojes, acebos, robles, serbales y algún tejo en la umbría.

Tras un descenso se abandona el camino que sigue perdiendo altura, para ir al encuentro de una senda situada a la izquierda por la que seguiremos subiendo suavemente por el flanco de la montaña hasta salir en el borde de un promontorio. Bonito mirador que nos ofrece una vista localizada sobre Marañón y Kabredo y Genevilla, al pie de la cara norteña de Kodes. En frente queda bajo una montaña coronada por un anillo rocoso el pueblo de San Román de Kanpezu. La excursión continúa por la senda en el mismo componente, dejamos un desvío a la izquierda hasta salir a una zona llana donde hay un panel informativo sobre la avifauna y la vegetación de la zona. Con suerte podemos ver el corzo, jabalí, gato montés, la ardilla o el búho chico y el carbonero. De aquí la senda da paso a un amplio camino que nos llevará entre ligeras subidas y bajadas a contornear la montaña por su parte occidental, mientras iremos viendo en frente Peña Alta, la primera cumbre importante de la sierra de Toloño.

Una vez situados sobre el barranco de Regajo entraremos en contacto con un pinar con ejemplares de gran porte, dejaremos una fuente. Tras converger en un rellano que sirve de aparcamiento, situado a pocos metros del alto del puerto de Meano o La Aldea, tomaremos un desvío situado a la izquierda, indicado por un poste de dirección. Pronto saldremos del bosque para salir a un rellano donde se encuentra un depósito de agua, en pleno perfil del cordal. Una amplia pista nos llevará por el flanco de la montaña, siguiendo los jalones del sendero hasta el lugar de inicio de la excursión.