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El rechazo al plan de adoctrinamiento en las aulas sorprende a Isabel Celaá

La consejera de Educación de Lakua, Isabel Celaá, dijo ayer estar sorprendida por el rechazo cosechado por el llamado Plan de Educación para la Paz, pero insistió en que el objetivo «factible» es ponerlo en marcha el próximo curso. En una entrevista a la Cadena Ser, aseguró que «aquí ha ocurrido una cosa muy grave, el asesinato de 858 personas» y añadió que hay que alertar a los jóvenes «sobre todo de ETA, que ha producido mucho más daño».

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El llamado Plan de Educación para la Paz del Gobierno de Lakua, que adelanta iniciativas tan polémicas como llevar víctimas de ETA a las aulas o reconstruir zulos para los alumnos, ha recibido el rechazo abierto de formaciones parlamentarias como PNV, Aralar y EA. Además, padres y madres ya adelantan, a título individual, que esos días no llevarían a sus hijos a clase. La consejera del ramo, Isabel Celaá, afirmó ayer sentirse sorprendida por estas reacciones, sobre todo por las producidas en el ámbito político.

En una entrevista a la Cadena Ser recogida por Europa Press, Celaá dijo que «no se puede andar con remilgos» cuando, según un informe del Ararteko, un 15% de los jóvenes vascos «justifican la violencia de ETA».

Aseguró que no se esperaba «tanta oposición» por parte de formaciones abertzales frente a lo que entiende sólo como una reformulación del Plan de Educación para la Paz y Derechos Humanos del anterior Gobierno de Lakua. En concreto, señaló que «la posición que ha adoptado el PNV, que apoyó la Ley de Reconocimiento y Reparación de las Víctimas», supone «un retroceso significativo».

Sin concrecciones aún

En vista de las reacciones habidas, la consejera insistió en que «acabamos de empezar y éste es un proceso en construcción». Destacó que se está, en este momento, en un simple periodo de alegaciones, es decir, «de recibir las primeras valoraciones de las entidades, agentes sociales, etcétera», y que será después cuando se concrete todo.

«No estamos hablando de que tenga que ser un procedimiento concreto u otro. Nosotros estamos avanzando en la materia de Educación para la Ciudadanía, en la que se observa la presencia, sea física o no, de las víctima dentro del aula», señaló.

Celaá dejó en evidencia que la iniciativa no piensa tratar a todas las víctimas de la violencia política por igual, sino que concede prioridad al adoctrinamiento en contra de la lucha armada de ETA. «Aquí ha ocurrido una cosa muy grave, el asesinato de 858 personas, y es la expresión de que no se acepta el pluralismo de la sociedad vasca -argumentó la consejera-. Eso tiene que saberse en la escuela. Ningún padre o madre va a tolerar ni querría que ese joven que está siendo formado en las paredes de nuestra escuela, no sea advertido del riesgo que supone tolerar el terrorismo de ETA o del GAL, pero, sobre todo de ETA, que ha producido mucho más daño».

Isabel Celaá argumentó además que cuando llegaron al Gobierno se encontraron «con algunos materiales del Plan de Paz del propio Gobierno de Ibarretxe, entre los que estaban 'Bakerako Urratsak' y 'Historias que nos marcan'», y en los que dijo que se contemplaba la posibilidad de la reconstrucción de zulos en las aulas. Matizó, en cualquier caso, que hay que contar siempre con el profesorado y «con la autonomía de los centros, porque ellos van a ejercerla para buscar lo más acorde».

Jon Mirena Landa: «No se pueden poner puertas al campo»

Jon Mirena Landa, director de Derechos Humanos en la etapa final del anterior Gobierno de Juan José Ibarretxe, ha descalificado este Plan de Educación para la Paz en un artículo publicado en la revista ``Bake hitzak'', de Gesto por la Paz. Entre otras cosas, se pregunta cómo se va a implicar a los jóvenes vascos en un tema tan polémico cuando los adultos aún discuten «sobre la polémica de víctimas y las deudas pendientes con la memoria histórica».

«La voluntad de parcelar la intervención educativa no va a evitar que la realidad, en toda su complejidad y hondura, entre por las ventanas de colegios, institutos, ikastolas y domicilios de los padres y madres», opina Landa, para quien «no se pueden poner puertas al campo».

El ex responsable de Derechos Humanos apuesta por informar sobre «las transgresiones» que se producen en Euskal Herria, incluida la acción de ETA, «pero con consenso». «Hagamos un puzzle entre todos y no una guerra de barcos, con actitud constructiva, sin reproches», emplaza. Y afirma que eso no será posible lograrlo «por decreto» ni a través de «una especie de asalto a las aulas».

Argumenta además que «ningún país en el mundo ha sido capaz de solucionar en las escuelas lo que no es capaz de consensuar en el medio social». Jon Mirena Landa ve claro que «sin un acuerdo de los partidos políticos, como paso previo, es imposible un acuerdo social que garantice condiciones adecuadas para trabajar la educación para la paz `directa', esto es, aquella que tiene que ver con los conflictos abiertos en nuestra propia sociedad vasca».

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