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MONTAÑA A por los 14 ochomiles

Pasaban descansa del Annapurna en el campo base

La tolosarra calificó de cómodo el descenso y dijo que no tiene intención de volver por esa cumbre.

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GARA | DONOSTIA

Edurne Pasaban y sus tres compañeros de cordada han pasado la primera noche en el campo base tras su excursión por las alturas que concluyó con éxito notable. Ayer regresaron a la tranquilidad tras cumplir la primera parte de su doble objetivo de ascender el Annapurna (8.091 metros), que ya lo han conseguido, y pasar la noche a 7.200 metros en el Campo 4, antes de enfrentarse ahora al Shisha Pangma (8.027 metros), con el que la montañera tolosarra completará la lista de los 14 colosos del planeta.

La guipuzcoana, junto con Asier Izagirre, Alex Txikon y Nacho Orviz, descansa tras un largo descenso desde el Campo 4, que les ocupó buena parte del domingo. Eran las 16.45 (hora local) cuando por fin tomaron tierra para empezar a disfrutar del pequeño-gran confort que les ofrece el lugar, soñar con una cena caliente con sabor a bacalao y recibir las felicitaciones de los miembros de otras expediciones que estos días andan por allí soñando con que «La Diosa de la Abundancia» -así le llaman los nepalíes a un coloso con fama de peligroso- se muestre tan condescendiente con ellos como con los 9 montañeros que ya han subido en 2010. Cabe recordar que los integrantes de «Al Filo de lo imposible» compartieron aventura con cuatro sherpas de altura, dos de nombre Mingma, Pasang y Gembu, además de Joao García, convertido en el primer portugués en completar los 14.

Según explicaron en su página web, durante el largo descenso de ayer el equipo fue acusando el esfuerzo, el cansancio acumulado y la deshidratación. Esta última produjo a Edurne y Nacho problemas de visión, mientras el vizcaino Txikon acusaba molestias musculares en las piernas. Sin embargo, estos problemas fueron remitiendo a medida que perdían metros, y aprovechaban la llegada a los diferentes campos de altura, campo 3, 2 y 1, que fueron desmontando en la bajada.

El sherpa Nati, que salió del campamento base a primera hora de la mañana, fue a su encuentro para llevarles fruta y refrescos al tiempo que les ayudó en la tarea de desmontar y portear de regreso el material de los campos de altura.

Un descenso cómodo

Edurne Pasaban y todos los miembros de la expedición están felices y satisfechos por el trabajo realizado, aunque la propia montañera guipuzcoana señaló a través de televisiones y radios que «aunque nos ha ido muy bien ninguno tenemos intención de volver a esta montaña. Veníamos con mucho miedo y después de lo que hemos visto nos hemos encontrado con que todo lo que nos habían contado era verdad. Dudo que alguno repita», informó.

También reconoció «que el día de cumbre fue muy largo», mientras «el descenso nos ha resultado bastante cómodo», aunque admitió que en su caso hasta que no vio las tiendas se mantuvo en tensión para después empezar a relajarse.

Teniendo en cuenta que fueron los primeros en llegar a las inmediaciones del coloso nepalí han dejado toda la ruta equipada para las próximas expediciones a las que desearán mucha suerte en los próximos días antes de iniciar su regreso.

Entre ellas se encuentra el alavés Juanito Oiarzabal, el primer vasco en completar los 14 ochomiles que ahora pretende repetir y sobre todo la surcoreana Oh Eun Sun, en el campo 3, quien quizás esta semana intente el único que le falta para convertirse en la primera mujer en completar lo que empezó el legendario Messner.

El miércoles vuelven a Katmandú para poner rumbo al Shisha Pangma

A Edurne Pasaban le queda la segunda parte del plan para terminar el trabajo. El Shisha Pangma, un gigante de 8.027 metros, es el más bajo de todos. Aunque aún no se ha confirmado el plan de regreso a Katmandú lo más probable es que el equipo emplee un par de días en desmontar el campo base por lo que pasado mañana podrían estar de regreso a la capital nepalí, donde esperan gozar de un día completo de descanso antes de emprender rumbo hacia el Tibet. Allí les sigue esperando «la cresta sobre la planicie de hierba», según su denominación tibetana mientras que Gosaithan, en hindi, significa «el trono de los dioses». Lo sabe bien la tolosarra pues se le ha resistido en cuatro ocasiones, tanto por la cara norte como por la cara sur y esta vez aspiran a subirlo por la norte en los próximos días o semanas. La montaña maldita para Edurne fue coronada por primera vez en 1964 por el chino Xu Jìng y nueve tibetanos y con posterioridad no volvió a ser ascendida hasta 1980.

Esta vez, sin embargo, los tres alpinistas vascos y el asturiano Orviz la afrontan en un gran estado de forma física y aclimatación, y por supuesto con una carga de moral y energía extra gracias a la reciente conquista del Annapurna.

Tratándose de montaña todo es posible, así que todavía no hay nada decidido. Pasaban está empatada a 13 ochomiles con la coreana Oh Eun Sun y las dos sueñan con culminar sus respectivos desafíos tratando de ser las primeras mujeres de la historia en completar esa lista que ya han obtenido 19 hombres. El principal objetivo es terminar, a ser posible con el menor número de problemas. El reloj corre a favor de Miss Oh, aunque veremos la meteorología. Las cumbres decidirán. GARA

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