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De viaje por las músicas del mundo

Las guías de viaje son un complemento indispensable en las vacaciones de millones de personas. Sin embargo, estas guías suelen dejar a un lado toda información sobre la música de los países. Conscientes de esta carencia, World Music Network ha creado las «Music Rough Guides», la alternativa sonora a las conocidas «Rough Guides».

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Mikel CHAMIZO

Saca todo el partido a tu estancia en la Tierra». Es el eslogan de las guías de viaje «Rough Guides», guías que se cuentan entre las más populares en todo el mundo aunque, curiosamente, en el Estado español sean casi desconocidas. Las «Rough Guides» (título con connotaciones difíciles de traducir al castellano, algo así como «guías a lo crudo» o «guías sin maquillaje»), abarcan a día de hoy más de doscientas publicaciones, pero nacieron en 1982 con la «Rough Guide to Greece», de Mark Ellingham, quien se sentía un poco disgustado por la polarización de las guías de viaje de la época entre las dirigidas a estudiantes obsesionados por el dinero y las que parecían enormes tomos culturales. Al principio, las «Rough Guides» tuvieron una amplia aceptación entre mochileros, pero pronto se convirtieron en libro de consulta entre viajeros de todos los perfiles, gracias a la distribución de la todopoderosa Penguin.

Una de las peculiaridades de la línea editorial de las Rough Guides en los últimos años ha sido la de publicar guías sobre sujetos no necesariamente relacionados con viajar. Así, nos encontramos con «Rough Guides» sobre cine, ciencia popular, Shakespeare, el embarazo, e-Bay y hasta una guía para sacar todo el partido a tu iPod. Pero uno de los off-topic que más éxito les acarreó y en el que más han insistido a posteriori ha sido la música.

«En la primavera de 1994 -explica Phil Stanton, fundador y director de World Music Network- estábamos preparando para su lanzamiento una recopilación de músicas del mundo como parte de una red de información sobre estas músicas. Simultáneamente, Rough Guides estaba finalizando su fecundo libro `The Rough Guide to World Music', el primer intento serio de presentar una perspectiva de las músicas de todo el mundo». A Stanton y a su mujer, Sandra Alayón, se les ocurrió que podría ser una buena idea presentar conjuntamente el libro y las grabaciones. «El resultado -según Stanton- fue un enorme éxito tanto para el libro como para el CD, ¡y aquí estamos, dieciséis años más tarde!». El secreto de un éxito tan prolongado, según el matrimonio, es servir introducciones de alta calidad a áreas que son nuevas para el oyente, «de una forma inteligente y cultural pero sin resultar cargante o académico».

Poner en marcha un sello discográfico dedicado a las músicas del mundo es un asunto complejo. No se puede contar con las bandas de la ciudad, ni siquiera con las del propio país. Al contrario, hay que investigar y rebuscar incesantemente para descubrir nuevos grupos en los lugares más remotos del planeta. Para ello, se necesita una pasión ciega por estas músicas, una pasión que atrapó por completo a Stanton desde muy joven. «A la edad de dieciocho -recuerda Stanton- llegué a Kenia para un trabajo voluntario como profesor. Allí vivía justo al lado de un bar donde las bandas locales tocaban casi cada noche, y fui desarrollando un gusto por la música africana, especialmente la congoleña y el sonido de la guitarra del África oriental... Tras acabar mis estudios, pasé un año más en África, esta vez enseñando en Sudán, una experiencia extraordinaria que también tuvo una fuerte influencia musical sobre mí». Sin darse cuenta, Stanton había sucumbido ya al embrujo de dedicar su vida a la música. «Estas extraordinarias experiencias me dejaron incapacitado para trabajar en un sentido convencional, así que tuve que buscarme otra forma de ganarme la vida. Y así fue como esta combinación de perseguir mis intereses hasta el final y un poco de buena suerte me llevaron a una pasión de por vida por ese ilimitado área de la música que llamamos world music».

En la oficina de World Music Network en Londres trabajan actualmente cinco personas. Es un sello pequeño. «Somos un grupo de duros trabajadores que funcionamos juntos como un equipo», explica Stanton. La compañía tiene la estructura tradicional de producción, ventas, prensa y marketing... pero lo esencial, la selección de los artistas que dan su personalidad al sello, la lleva a cabo el matrimonio Stanton. «Tenemos dos activos sellos de artista: `Riberboat Records' es, de hecho, nuestro sello original fundado en 1989, y, más recientemente, hemos creado `Introducing' para facilitar a nuevas bandas su primer lanzamiento internacional». La selección de estos artistas es un proceso increíblemente variado. El matrimonio se pasa «escuchando nueva música todo el tiempo y algunas de las cosas que escuchamos abren posibilidades de trabajar juntos en más detalle. Cada día las bandas nos envían sus grabaciones, nosotros las escuchamos todas y, ocasionalmente, escogemos alguna de ellas para nuestro sello `Introducing'». Otra forma en que los artistas pueden llegar hasta el sello es a través de internet, un medio que en World Music Network cuidan especialmente. «Los artistas de todo el mundo pueden colgar su música en la sección `La esquina del músico' de nuestra página web». Por último, están los proyectos que World Music Network aborda por iniciativa propia, como el tributo que Syran Mabenza ha rendido recientemente al legendario guitarrista congoleño Franco, en uno de los últimos lanzamientos del sello.

A Phil Stanton le brillan los ojos cuando habla de su sello y de sus artistas, tanto los que él mismo ha ayudado a consagrar como los nuevos talentos que quiere promocionar. «Entre muchos descubrimientos recientes incluiría a Samba Toure, que toca el laúd, al gran Ali Farka Toure, y también a Mamane Barka, el último intérprete vivo de Biram (un gran instrumento de cuerda de Nigeria)». Entre los álbumes que mejores ventas han tenido en su sello, Stanton destaca «Sabou» de Mory Kante («un maravilloso set acústico»), los numerosos álbumes con el guitarrista slide Bob Brozman y los tres discos con la Desert blues band, de Etran Finatawa. ¿Y cómo grabar a todos estos artistas, dispersos por los cuatro puntos cardinales? «Las grabaciones se realizan, literalmente, por todo el mundo. A veces aprovechamos que la banda está de gira por Europa, otras tenemos que desplazarnos hasta su residencia... ¡y a veces es una mezcla de las dos cosas!».

Volviendo a las «Music Rough Guides», que se han empezado a distribuir recientemente en el Estado español, su finalidad es clara: servir de introducción a los inmensos repertorios de las músicas del mundo. «Intentamos dar un amplio punto de vista de la música incluyendo ejemplos de todos los estilos y variaciones. Algunas pistas del CD serán últimos éxitos, otras serán temas clásicos y una o dos serán grabaciones antiguas que indican cómo la música ha ido evolucionando a través del tiempo». Los cedés incluyen también material informativo al que se puede acceder desde el ordenador. «Cada compilación -prosigue Stanton- ha contado con un experto que hemos seleccionado para cada proyecto. Suelen ser conocidos periodistas, autores de música o presentadores de radio. Muchos tienen su particular área de interés y mi papel ha sido editar sus sugestiones iniciales para asegurar un balance en la música y que la calidad de la serie se mantenga». Además, algunos lanzamientos incluyen un segundo CD extra. Por ejemplo, la guía de la música merengue, «Merengue Dance», regala un CD de Carlitos Almonte y su acordeón. La guía del «Irish Folk», por su parte, regala un álbum de Karan Casey. Stanton explica que «los dos Cds están íntimamente relacionados. Es una nueva y excitante manera de extender la recopilación añadiendo, gratuitamente, nuestro álbum del artista favorito de entre toda la investigación que se ha realizado para esa guía. El segundo CD lleva al oyente más allá en el repertorio con un álbum del artista clásico y original».

El de las músicas del mundo, comparado con otros estilos musicales, es un mercado pequeño. El público, también, es en ocasiones algo acotado, aunque desde World Music Network están convencidos de lo contrario. «No tenemos grupos demográficos específicos a los que nos proponemos llegar, esto sería demasiado corporativista para nosotros. Sabemos que un gran rango de personas disfruta de las «Music Rough Guides» y de la world music en general, desde estudiantes y viajeros a profesionales como profesores, abogados y doctores», defiende Stanton. Lo que sí es motivo de preocupación para el inglés es la crisis de la industria discográfica, de la que la world music no ha podido tampoco librarse. Stanton se lamenta por la situación: «Toda la música está en una gran crisis y la cultura musical en todo el mundo se está viendo severamente dañada. Hablando desde un punto de vista personal, existe un buen número de grabaciones que yo hubiera llevado a cabo hace unos años pero que ahora me resulta imposible debido a todas las descargas ilegales y el intercambio de archivos. La IFPI (Federación Internacional de la Industria Fonográfica) estima que el noventa y cinco por ciento de las descargas es ilegal o no se ha pagado por ellas. ¿Cómo es posible para sellos como World Music Network financiar proyectos con las `ventas' actuales de sólo el cinco por ciento? Y, sin sellos profesionales como nosotros para promocionar este tipo de música, ¿cómo va nadie a encontrar nueva música?». En vez de a medidas judiciales y policiales, Stanton apela a la responsabilidad de los oyentes. «Esto es algo que me gustaría que tus lectores consideraran la próxima vez que piensen en descargar música de forma ilegal. ¿Quieren ellos realmente contribuir a la decadencia de las culturas musicales de todo el mundo? Estoy seguro de que podemos encontrar un camino mejor».

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