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Final de la Eurocup

Valencia Basket, sangre taronja

El conjunto valenciano se alzó con su segundo título continental tras plantear una defensa impresionante y con una afición volcada.

ALBA BERLÍN 44

VALENCIA BASKET 67

Arnaitz GORRITI

¡Qué batalla libraron el Alba de Berlín y al Valencia Basket en la final de la Eurocup! El resultado puede dar a engaño, porque los de Luka Pavicevic jamás dieron su brazo a torcer, pero es que el cuadro levantino, que comprendió que ante los teutones no servían las florituras, fue aún más duro y basó su victoria en la sangre. Sangre por cada balón, sangre en cada bloqueo, sangre en cada tiro, pase o penetración. Zurbano quedó teñido de sangre taronja.

Le costó romper al conjunto de Neven Spahija. Durante el primer cuarto el Alba impuso su ritmo y retó sobre el fango a su rival. Valencia Basket se veía incómoda, errática y con dudas, pero no se arredró y consiguió enfangarse hasta el punto de ahogar a su vez a los de Pavicevic. Así, por ejemplo Chubb, estrella en la semifinal ante Bilbao Basket, apenas apareció. Pero no sólo de defender se puede ganar una final, y con la entrada de Kelati y Marinovic, Spahija resquebrajó el entramado alemán.

El Alba Berlín no desesperaba y seguía moviendo el esférico con criterio, pero los tiros lejanos no entraban, y penetrar era tirarse contra un muro. Pavicevic quiso parar el juego, pero sin éxito, ya que el cuadro taronja lograba hasta salir corriendo, fruto siempre de una defensa atosigante, con lo que las ventajas llegaban hasta la decena. Además, De Colo regaló a la orgullosa afición levantina un canastón sobre la bocina para llegar 22-36 al descanso.

Las teorías de juego suelen poner el límite de puntos encajados en 60 y si los equipos reciben más, aunque ganen, siempre suelen torcer el morro por no haber sido capaces de tapiar la cesta propia. De hecho, de ello se había quejado Spahija tras las semifinales.

Por ello, el conjunto taronja se desquitó en la final de ayer. Pese a contar con un buen colchón, los de la orilla del Turia siguieron apretando a su rival sin descanso. Mientras, en ataque Perovic y Kelati ponían la puntilla. El espectáculo taronja acabó con la afición cantando «el año que viene, Valencia-CSKA». Se lo han ganado.

La garra de Matt Nielsen lleva al australiano a conquistar el premio de MVP

Su aficición no lo llamaba ¡MVP! en balde. El ala-pívot australiano completó un fin de semana escandalosamente bueno y guió al Valencia Basket a su segundo título europeo. El MVP para el jugador aussie fue más que merecido.

Por otro lado, el diputado general de Araba, Xabier Agirre, y el alcalde de Gasteiz, Patxi Lazcoz, estuvieron en una entrega de premios con aires de fiesta, aunque no faltaron los habituales silbidos a los representantes institucionales.

La afición taronja se negó a abandonar el recinto tras la entrega de trofeos, y obligó a sus muchachos a saltar a la cancha, en una promesa de fiesta que, por otra parte, supone para Bilbao Basket un capote considerable en su idea de volver a disputar la Eurocup el año que viene. Ahora, con el Valencia Basket en Euroliga, la pelota está en su tejado.

A. G.

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