Perder duele. Perder cuando se está cerca de ganar, duele más. Perder cuando detrás de ti hay un numeroso e incansable apoyo popular, duele hasta en el alma. Bizkaia Bilbao Basket vivía ayer un lunes sombrío, de regreso a la rutina liguera con la mirada baja y arrastrando los pies, después de una Final Four de Eurocup francamente decepcionante. Caer en la final ante Valencia Basket, a la postre merecidísimo vencedor, era una posibilidad que hasta los más optimistas asumían. Pero caer en semifinales, sin una plaza fija en la Eurocup del año que viene, sin poder brindar a su hinchada un día mágico... eso ha sido un golpe doloroso, por mucho que el Alba Berlín demostrara ser un rival bien trabajado. Perder duele muchísimo.

Es lógico sentirse decepcionado. Los hombres de negro jugaban en su casa -por mucho que a unos pocos alaveses, antibilbainos ellos, les pueda sonar a afrenta-, y desplazaron a Zurbano una auténtica marea negra que llegó a los 4.000 aficionados. Llegar a la Final Four de Gasteiz después de haber realizado una Eurocup muy buena y haberse metido en la pelea por disputar el play off por el título de la ACB tras encadenar ocho victorias consecutivas invitaba al optimismo. Y como, además, sale gratis soñar...

Pero ahí apareció un muro, el Alba Berlín. Muy bien guiado por Luka Pavicevic -el serbio tiene contrato en vigor, pero los grandes ya empiezan a ejercer de perro pavloviano al oír su nombre, no sin motivo- obligó a los vizcainos a jugar una semifinal incómoda, llena de trampas en defensa e ideas claras en ataque. Supo aprovechar unos pocos puntos de renta para jugar con la presión que debía soportar Bizkaia Bilbao Basket. 40 minutos remando a contracorriente para terminar ahogado, un trago demasiado amargo.

En realidad, la propia temporada del Bizkaia Bilbao Basket está dejando ese regusto. El conjunto bilbaino se armó con la idea bien clara de seguir dando pasos en dirección a la élite de la Liga ACB, lo que viene a significar dar pasos en dirección a la élite del baloncesto en Europa. Pero el camino ha sido un pedregal desde el primer momento y, salvo excepciones como la victoria a domicilio frente al Real Madrid, el buen juego ha brillado por su ausencia. Abuso del triple, del bote y de posesiones al límite; poca frescura y velocidad.

Con todo, el haber llegado a la Final Four de la Eurocup y estar en la lucha por disputar los play offs por el título en la Liga ACB no deja de tener mérito. Sobre todo en la cita liguera, aún queda por lo que luchar y mucha tela que cortar. Volver a jugar la Eurocup es un objetivo perfectamente asumible por el club bilbaino; más aún, quedarse sin Eurocup el año que viene sería una decepción mucho mayor que la vivida tras la derrota ante el Alba Berlín. Está en manos de la plantilla vizcaina, porque para ello basta con meterse entre los ocho primeros de la Liga ACB. Le quedan cinco partidos para remontar las dos victorias de desventaja que tiene sobre Gran Canaria y Estudiantes, conjuntos que cierran el elenco de equipos que a día de hoy ocupan plaza de play off.

Pero pudiera darse que los hombres de negro se clasificaran para la Eurocup incluso sin jugar los play offs. El triunfo del Valencia Basket libera una plaza de Eurocup y otra más quedaría libre si el Alba Berlín ganara la liga de Alemania. Asimismo, desde la Eurocup están maravillados por el comportamiento de la afición bilbaina. Más de 4.000 almas que se desgañitaron en las semifinales e incluso en el duelo por el tercer puesto. Que nadie se extrañe si la Eurocup ofrece una invitación a Bilbao Basket.

El propio club, ratificando las declaraciones de Katsikaris tras el choque del domingo, publicaba ayer una nota de agradecimiento a su afición por su entrega. «La marea negra llegó a Gasteiz para arropar a nuestros jugadores y hacer saltar alguna que otra lágrima de emoción dentro del propio autobús del equipo. El apoyo, el respeto a los rivales y el saber estar de nuestra afición nos llenan de satisfacción y nos hace pensar que estamos en el camino correcto para, por qué no algún día, levantar trofeos como el disputado este fin de semana».

¿Y qué decir de la organización de Gasteiz? El técnico de Panellinios, Ilias Zouros, lo dijo claro. «Gracias a la organización. Absolutamente todo fue perfecto: organización, periodistas... todo. Se nota que la gente aquí ama el baloncesto». Incluso el casi centenar seguidores del Alba Berlín, que realizaron la hazaña de venir hasta Gasteiz en autobús, quedaron encantados con el dispositivo que la organización montó ex profeso para la hinchada teutona. La capital alavesa asumió la responsabilidad de este evento como primer ensayo de una futura fase final de Euroliga, y el éxito ha sido rotundo. En 2011 Gasteiz volverá a organizar la Final Four de la Eurocup y, a medio plazo, la opción de una Final Four de Euroliga empieza a tomar mucha fuerza. Las sombras de hoy tienen un futuro luminoso a la vuelta de la esquina.