Los ministros de Transporte de la Unión Europea (UE) decidieron ayer, en colaboración con Eurocontrol, dividir el espacio aéreo en tres zonas, así como permitir que la que no están afectadas por las cenizas volcánicas procedentes de Islandia se reabran al tráfico como muy tarde a las 8 de hoy (hora de Euskal Herria), informaron distintas agencias, un acuerdo al que se llegó después de las duras críticas del sector aéreo a la gestión de esta crisis y de que solicitaran ayudas excepcionales para hacer frente a las pérdidas que están sufriendo.

A partir de esa hora, el resto se irán abriendo progresivamente, aunque se mantendrá una zona de riesgo sobre la que seguirá estando prohibido volar debido al riesgo. Esta zona es aquella que se encuentra en el núcleo central de las emisiones y en la que se mantiene la restricción absoluta. Representa un tercio del total del espacio aéreo afectado y se concentra en Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda, los países del Benelux y el oeste de Alemania. La situación se actualizará cada 6 horas de acuerdo con las condiciones meteorológicas.

En la segunda, donde se aprecian restos de cenizas, corresponderá a los estados miembros, y no a las compañías como se había barajado inicialmente, determinar si autorizan o no el vuelo a partir de hoy. En la tercera, no afectada por las cenizas, no habrá ninguna restricción.

«No hay ningún deterioro de la seguridad», aseguró el comisario de Transportes, Siim Kallas. «No es cuestión de reducir la seguridad sino de realizar un análisis de riesgo más sofisticado y de dar un enfoque diferenciando a diferentes zonas donde se ha visto cenizas», explicó.

Con las medidas adoptadas por los ministros, el número de vuelos aumentará del 30% del total operado ayer a entre el 40% y el 45% hoy y a entre el 50% y el 60% mañana. La situación podría recuperar la normalidad el jueves si no hay una nueva nube de cenizas volcánicas, según informó la Agencia Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea, Eurocontrol.

El ministro español de Fomento, José Blanco, incidió en que la progresiva apertura del espacio aéreo europeo se hará de forma que en cada momento quede garantizada plenamente la seguridad, porque es «nuestra prioridad absoluta».

Críticas a la gestión

La flexibilización de las restricciones se produce después de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) criticara ayer duramente a los gobiernos europeos por su gestión de la crisis y pidiera cambios en el proceso de toma de decisiones.

Giovanni Bisignani, director de IATA, declaró que «es una vergüenza para Europa y Europa es un desastre», acusó a las autoridades europeas de «exceso de celo» en nombre de la precaución y cuestionó los argumentos científicos sobre el peligro de las partículas de ceniza. Aseguró que las restricciones impuestas «no sirven para nada» y agregó que están suponiendo pérdida de 150 millones de euros diarios al sector.

Por eso, la principal asociación de compañías aéreas europeas y gestores de aeropuertos han presionado mucho para que se reconsideren las restricciones de vuelo, que Kallas rechazó que hayan sido «irracionales».

Preguntado sobre la tardanza en la toma de decisiones, el director de redes de tráfico aéreo en Eurocontrol, Bo Redeborn, explicó que sólo se pudo comprobar el grado de peligrosidad de las cenizas en ciertas zonas el domingo y el lunes, cuando 32 vuelos de prueba despegaron y regresaron a tierra sin daños.

La UE no descarta avanzar en un futuro hacia un modelo similar al estadounidense en el que las compañías aéreas estén más implicadas en este tipo de decisiones, una propuesta que fue defendida por algunos estados en la reunión por videoconferencia de ayer.

Exigen compensaciones

Las compañías aéreas exigieron también a la UE ayudas excepcionales en concepto de «compensación» por las pérdidas sufridas. La Comisión Europea respondió estar preparada para «aprobar -en cuestión de días- un marco similar al del 11-S, que permitiría conceder ayudas estatales para cubrir el coste directo de las consecuencias de la crisis y los sobrecostes de seguros de las aerolíneas», siempre que sean proporcionales a las pérdidas y no escondan una subvención a la reestructuración de compañías dañadas con anterioridad a esta crisis y no sean discriminatorias.

La Presidencia española de turno de la UE anunció ayer que celebrará otra reunión informal de ministros de Transporte en las próximas semanas para analizar el impacto que ha tenido en la economía europea. Un informe del Royal Bank of Scotland asegura que «no supondrá un impacto económico serio», sino que será «insignificante» comparado con la crisis financiera mundial, aunque las pérdidas derivadas del descenso de productividad por la ausencia de trabajadores que no pueden reincorporarse a sus puestos ascenderán en torno a 1.500 millones de euros.

El Ejecutivo comunitario, por su parte, anunció que estudiará las consecuencias económicas para determinar cómo puede apoyar al sector de manera que se respeten las normas comunitarias de la competencia. Aunque evitó dar cifras concretas, Bruselas sí adelantó que las pérdidas registradas hasta ahora por el cierre del espacio aéreo superan ya las que se produjeron tras los atentados terroristas del 11 de setiembre de 2001.

Unas críticas que los ministros europeos dijeron no compartir, aunque son conscientes de las pérdidas que esta crisis está causando en el sector.

Reaperturas

Sólo alrededor de 8.700 vuelos despegaron ayer en la UE, es decir, el 30% de los 28.000 previstos, según informó Eurocontrol en un comunicado.

La mayor parte de estados siguió sin prestar servicios de control del tráfico aéreo para aviones civiles: Bélgica, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Alemania, Irlanda, Países Bajos, norte de Italia, Polonia, Rumanía, Eslovenia, Suiza, partes de Ucrania y Gran Bretaña.

En contraste, los vuelos despegaron sin problemas en el sur y el centro de Europa, incluyendo el Estado español, República Checa, el área de los Balcanes, Bulgaria, Hungría, sur de Italia y Francia, Grecia, Polonia, Portugal, Eslovenia y Turquía; así como en partes del norte de Europa (Noruega y zonas de Suecia).

De los aproximadamente 300 vuelos transatlánticos que normalmente llegan a la UE cada día, ayer aterrizaron 219 y un total de 233 dejaron Europa.

En el caso de Polonia, a la reapertura de cuatro de sus aeropuertos, entre los que se incluían los de Varsovia y Cracovia, le siguió un nuevo cierre de tres de ellos.

Los aeropuertos internacionales de Loiu y Biarritz, en Euskal Herria, fueron también recobrando la normalidad. En el de Loiu fueron cancelados 36 vuelos, sobre todo ligados a rutas internacionales, y decenas de pasajeros quedaron atrapados y tuvieron que optaron por medios alternativos de transporte como el ferry a Inglaterra o los coches de alquiler. Al de Biarritz llegaron vuelos procedentes de zonas no afectadas por la nube para que sus pasajeros fueran reconducidos, en autocar o tren, a destinos más al norte, como París.

Los cierres de aeropuertos y las restricciones de vuelos han dejado en tierra a alrededor de 6,8 millones de pasajeros en 313 aeródromos de todo el mundo, según el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI).

Derogación de visados

Para ayudar a normalizar la situación, la Comisión Europea propuso ayer a los estados miembro de la UE que apliquen derogaciones de visado a los viajeros de países extracomunitarios que están varados en suelo europeo a consecuencia del caos aéreo, una petición que ya había realizado Rusia.

El objetivo es que las personas cuyo visado ha caducado pero no pueden dejar la UE, o aquellas que llegan a aeropuertos europeos en tránsito forzoso no se encuentren en violación de las normas comunitarias.