La restauración del parque Markesane de Lezo ha permitido a la Sociedad de Ciencias Aranzadi investigar sobre la historia de esta localidad guipuzcoana gracias a que, en esas obras, han podido localizar los cimientos del edificio ocupado por uno de los principales linajes de Lezo.

Guillermo de Lazon, desde la colina de Lezoaundi, emprendió la tarea de desecación de las marismas de la bahía de Pasaia, convirtiéndose así en el personaje que más tarde dio nombre a la población. En la Edad Media, el mar y las marismas ocupaban una superficie mayor que en la actualidad, por lo que la colina de Lezoaundi sería el emplazamiento idóneo donde Guillermo de Lazon se asentaría a su llegada en 1203. Sin embargo, no es hasta el siglo XI cuando se menciona por primera vez la casa de los Lezo, mediante ciertos aspectos hipotecarios e inventario de bienes, a pesar de que es muy probable que en este enclave se ubicara el hogar principal de este linaje de forma ininterrumpida desde el siglo XIII. Coincidiendo con el apogeo de los Lezo, Gaspar de Muru y Lezo Andia encargará a comienzos del siglo XVII la reedificación de una nueva planta de la casa solariega, cuyos restos han sido hallados por Aranzadi. En esta excavación, que se ha prolongado durante un periodo de un mes con el arqueólogo Javier Buces a la cabeza, se han encontrado los cimientos de la edificación, algunos tramos incluso anteriores al siglo XVII. Asimismo, se han hallado fragmentos de cerámicas, monedas y escoria de cobre, lo que indicaría que en el lugar pudo existir una fragua. Buces ayer señaló que también ha sido encontrado un fragmento de cerámica popular romana, aunque de momento no sea posible comprobar la existencia de un asentamiento romano en el lugar. También ha sido identificado el primer peldaño de una escalera, así como varios muros interiores aún por identificar.

La vida de esta construcción fue corta, puesto que en 1638 la casa fue incendiada por las tropas francesas. A partir de entonces, la decadencia económica de la familia afectaría directamente a sus posesiones, quedando en estado ruinoso el solar originario de los Lezo a finales del siglo XVII. Ya en el XIX, la marquesa de Cartago aparece como propietaria del terreno, construyéndose una pequeña casa a escasos metros de la antigua casa solar que dio nombre al enclave que hoy se conoce como Markesane. El Ayuntamiento tapará ahora la excavación para garantizar su conservación.