Negados en los últimos metros
Ahogados en la isla inexpugnable
Los rojillos fueron el calco de anteriores jornadas: llevaron el balón hasta el último cuarto y a partir de ahí se les volvieron a nublar las ideas. El Mallorca, mucho más centrado en conseguir el objetivo que persigue, golpeó cuando lo necesitó y sigue firme en su estadio.
MALLORCA 2
OSASUNA 0
Natxo MATXIN
Osasuna no pudo unirse a Sevilla y Barcelona en la conquista del bastión mallorquinista y sucumbió en un partido práctico de los de Manzano. Los rojillos, faltos seguramente de una mayor dosis de agresividad en los metros finales -el mal endémico de la temporada-, fueron pasto de la dinámica ganadora de los isleños, que han hecho de Son Moix una fortaleza inexpugnable, con 14 victorias de 16 encuentros jugados.
La diferencia con el infierno se ha visto reducida a seis puntos y a los de Camacho les urge una victoria, tanto como al Athletic, lo que posibilitará un derbi con casi todos los ingredientes, a excepción del día y hora equivocados. La escuadra navarra jugó como casi siempre y acabó perdiendo como acostumbra, un guión que se ha repetido demasiadas veces.
Y eso que Osasuna comenzó bien plantado en un verde muy lento, no apto para el juego de toque, algo en lo que se empeñaron los rojillos sin recompensa. Los anfitriones, más prácticos, cedieron el balón en los primeros compases y buscaron la testa de Aduriz, pesadilla por arriba para Miguel Flaño y Josetxo. Pese a ello, la cosa no pintaba mal y los de Camacho sólo sufrían en algún que otro desajuste defensivo.
Como el que propició el remate de cabeza de Mattioni, libre en el segundo palo tras buscar bien la espalda de Monreal, o la dejada del ariete bermellón a Víctor, quien empaló mal. La réplica navarra fue abortada por un rapidísimo Aouate -muy seguro todo el choque- que se echó encima de Juanfran para impedirle rematar un cuero muy botón.
Pero el Mallorca comenzó a ponerse las pilas y presionar más arriba y mejor. Osasuna no daba tres pases seguidos y los isleños empezaban a carburar. Masoud hizo una falta absurda y algo alejada del área, pero que sirvió para que Varela enganchara un tiro duro y raso, enviado a córner con los dedos por Ricardo. Lo peor es que de ese saque de esquina llegó el 1-0. El central Rubén volvió a mojar -lo hizo ante el Zaragoza-, elevándose por encima de Vadocz de inapelable testarazo. El húngaro trató de redimirse en el descuento, en la última jugada antes de irse a vestuarios, pero Aouate volvía a estar inspirado para desviar lo suficiente.
Galán sale al descanso
Las dinámicas se acentuaron a lo largo de la segunda mitad. Acuciado por el marcador, Osasuna llevaba el dominio de la pelota, pero era el Mallorca el que contragolpeaba con serio peligro. Camacho había movido ficha dejando a Masoud en la caseta y jugándosela con Galán, de cuyas botas salieron los lances más incisivos de la escuadra navarra. Sin embargo, fue Aduriz de nuevo quien dispuso de la oportunidad más clara para ahondar la diferencia cuando mandó con mucha intención a la escuadra de Ricardo.
Era la película ya tantas veces vista durante la presente temporada. Romos en ataque, los rojillos se estrellaban en las inmediaciones del área rival y, cuando conseguían superar la línea defensiva del contrincante, no concretaban con las redes del contrario.
Y, mientras tanto, el aficionado esperaba con resignación a la puntilla tantas veces sufrida esta campaña. En esta ocasión costó más de lo acostumbrado, hasta que Keita salió del banquillo y en el primer balón que tocó anotó el definitivo 2-0.
El arreón que ha dado el Tenerife en las últimas jornadas, con dos victorias y un empate, ha mermado la distancia respecto al descenso que ahora se ve reducida a seis puntos. Osasuna necesita sumar cuando antes una victoria para no verse envuelto en problemas.
No estaba precisamente contento el técnico rojillo, José Antonio Camacho, con lo visto sobre el césped de Son Moix. El despliegue de los suyos y, sobre todo, la forma de jugar no satisfizo al de Cieza. «Teníamos enfrente a un equipo que quiere jugar la Champions y nosotros estamos en la mitad de la tabla, ellos llegan al área y chutan, nosotros le damos vueltas y vueltas... El Mallorca ha jugado al fútbol y nosotros, al futbito», indicó el preparador murciano.
«Es como si cuando llegáramos ahí (al área rival), se bajara una oscura persiana -insistió-, como si todo se acabara en un último pase o recorte. El rival nos ha marcado en la primera ocasión en la que ha chutado, ahí está la diferencia», resaltó disgustado el míster osasunista.
Camacho destacó las habilidades del Mallorca en contraposición a lo que vio en su equipo. «Han tenido más agresividad, buscando en balones aéreos a los puntas, que se nos han anticipado y creado muchos problemas. Con ese estilo nos impedían que presionáramos y robáramos balones peligrosos», afirmó.
«El Mallorca no había pasado del centro del campo en el minuto diez, pero en el doce, nos habían chutado tres veces, y aunque nosotros también tuvimos esa oportunidad, no lo hemos hecho y esa es la diferencia ahora mismo entre el Mallorca y Osasuna», insistió.
Pese a todo, aseguró que «en la segunda parte hemos hecho suficientes llegadas como para haber metido algún gol» y mostró la «misma preocupación que al principio del campeonato» cuando se le mencionó el recorte en la diferencia con el descenso. «Quedan menos jornadas y hemos tenido oportunidades de ganar que desaprovechamos, hay que aprender de ello. No estoy ni más ni menos intranquilo que lo que pueden estar los rivales cercanos, pero sí que me inquieta que la gente piense que está todo hecho», advirtió.
Más o menos obligado por la situación clasificatoria -cada uno verá el vaso medio lleno o medio vacío-, los rojillos deberán restaurar la tranquilidad ante el Athletic, «un partido en el que tenemos que salir al campo a ganar, pero al igual que debemos hacerlo en todas las jornadas». GARA
La expedición rojilla depende de lo que decidan las autoridades aeroportuarias para confirmar su plan de regreso a Iruñea. Caso de que finalmente puedan despegar, la plantilla osasunista tiene establecida una sesión a las 12.30 en las instalaciones de Tajonar.
Natxo Monreal vio la quinta amarilla cuando impidió que Mattioni armase una contra y no podrá estar en el derbi del próximo lunes. Calleja y Oier pujarán por hacerse con el puesto dejado por el de Eskirotz. El lizartarra ya jugó en San Mamés en esa misma demarcación.
Puñal entró en el privilegiado club de los 15 profesionales en activo que suman 300 partidos en Primera, entre ellos Raúl, Valerón o Casillas. El capitán se encuentra a 16 encuentros de alcanzar a Bustingorri y ser el segundo rojillo con más envites en la categoría, tras Castañeda.
