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Gloria Rekarte ex presa política

El plumero

Lo sabemos desde la escuela y es de esas cosas que a una ya no se le olvidan. A Rubalcaba tampoco: el orden de factores no altera el producto. Primero detener, después acusar, más tarde encontrar hasta las pruebas que no hay y finalmente buscar las que ni aun así han aparecido. No es que se les vea el plumero, es que les gusta lucirlo, desplegarlo, sacudirlo... Ahí les tienen, exhibiéndolo gustosamente con la que se les ha ocurrido que es la mejor respuesta ante una denuncia de torturas: una querella contra los denunciantes. Porque, como todo el mundo sabe, eso de las torturas es puro manual y estrategia (aunque todavía no nos han explicado por qué hay detenidos que no las denuncian. ¿No han recibido el manual? ¿No lo han leído? ¿No les da miedo desobedecer a la ETA?). A alguien, no obstante, le dio por preguntar a Ares en qué situación se encontraba la investigación de la denuncia origen de la querella. Y a pesar de que el día era, dijo, para defender el buen nombre de su Policía, se explicó: «siempre que hay denuncias de torturas tramitadas evidentemente se abre todo tipo de investigación cuando es necesario». Si la sintaxis le quedó un poco enredada, el mensaje, por el contrario, clarísimo: evidentemente, aún está por darse la ocasión en que sea necesario abrir todo tipo de investigación. Pese a lo dicho y redicho por el relator de la ONU; pese a lo dicho recientemente por la Audiencia Nacional, que califica de verosímiles las denuncias de tortura de Otamendi y sus compañeros. Pese a todo y a tanta evidencia, agarró el plumero, lo exhibió, lo zarandeó con destreza... Y se quedó contemplando cómo nos caen por encima las basurillas de la prepotencia y la impunidad.

 
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