Final de la Euroliga
Un triunfo que reconcilia al Barcelona con París
La defensa culé ahogó a las estrellas helenas y entre Mickeal y Navarro su triunfo llegó sin agobios.
BARCELONA 86
OLYMPIACOS 68
Arnaitz GORRITI
Hasta la fecha, el Barcelona había disputado dos finales de Euroliga en París. La primera, en 1991, frente al Pop 84 Split -ex Jugoplastika- de Kukoc, Ivanovic o Savic, con triunfo croata por 70-65. En 1996, el cuadro blaugrana fue atracado literalmente cuando una bandeja de Montero -que puede que hiciera pasos- fuera taponado de forma ilegal por Vrankovic, dándole al Panathinaikos el triunfo por 67-66. Ayer, 14 años después de aquella final -y 13 más tarde de la victoria del Olympiacos ante los blaugranas en la Final Four de Roma-, la escuadra blaugrana, como Bogart e Ingrid Bergman, se reconcilió con París. El 86-68 final no deja lugar a las dudas.
El triunfo catalán se cimentó, cómo no, atrás. El trabajo de retaguardia de los de Xavi Pascual resultó espectacular, especialmente en los jugadores interiores, que dieron un auténtico clínic de ayudar y recuperar, tocar balones, rebotear y taponar. Jugadores como Morris y Vázquez fueron una pesadilla para las penetraciones helenas. Mientras, en ataque Navarro y Mickeal se erigían protagonistas, dando las primeras ventajas a su equipo: 28-19 al final del primer cuarto.
Los nuevos campeones de Europa amagaron con escaparse en el segundo cuarto, cuando tras un triple de Navarro el marcador registraba 46-32. Mickeal secaba a Childress, Teodosic no podía con Rubio y Kleiza estaba desquiciado. Los robos de Childress y el orgullo de Papaloukas y Bourousis mantuvieron vivos a los del Pireo: 47-36.
La intendencia sorprende
Giannakis tiró de fondo de armario. Echó mano de Beverley, que volvió loco a Rubio a base de robos y balones tocados, y Vasilopoulos, con lo que su defensa mejoró sensiblemente. Las faltas sentaban a Vázquez y Kleiza y Childress arrimaban a los «rojos» de Atenas: 52-47.
Pero el Barcelona reaccionó desde la intendencia. Sada y Ndong rindieron por encima de lo esperado, de modo que incluso el tercer cuarto acabó por ser blaugrana. Morris se sumó a la fiesta en el cuarto final y cortando balones, para desesperación de jugadores como Kleiza, que acabó por ver una técnica.
Con el choque ganado, la afición culé silenció a la griega y pudo disfrutar de su título. Ya siempre les quedará París.
Juan Carlos «la bomba» Navarro conquistaba ayer su segundo título de Euroliga, y además se hacía con el galardón de jugador más valioso -MVP- de la final. El de Sant Feliú anotó 21 puntos, capturó 5 rebotes, dio 3 asistencias, robó un balón y sumó una valoración de 23.
Las prórrogas no están hechas para el Partizan de Belgrado. El conjunto serbio sucumbió ante el CSKA de Moscú tras caer por 90-88 en el tiempo extra de la final de consolación.
Un triple de Holden dio el triunfo a los rusos en un partido que fue ganando en intensidad. Así, aunque los de Pashutin arrancaron mejor, sobre todo Langdon, que anotaría 32 puntos, los sepultureros respondían con Roberts, Maric y Kecman. McCalebb forzaría el empate a 78 y Rasic adelantaba a los serbios 87-88, pero Holden les aguaría la fiesta. El triple final de McCalebb se quedó en el aro.
A. G.
En la final del torneo junior de la Euroliga, el INSEP galo -la escuela de desarrollo baloncestístico del Estado francés- superaría por 83-73 al FMP serbio, ganador de las dos últimas ediciones. Los 16 puntos de Ivernizzi, con dos triples en los minutos finales, fueron determinantes.