Sentencia histórica en la prevención laboral
La sentencia del Juzgado de lo Penal de Bilbo que condena a penas de entre tres y nueve meses de cárcel a tres altos directivos de la empresa Insertec de Galdakao como responsables de un delito contra la seguridad y la salud de los trabajadores debe leerse, primero y en el plano individual, como un reconocimiento de que el calvario que está viviendo I.U., trabajador afectado por silicosis como consecuencia directa de su actividad laboral, tiene responsables con nombres y apellidos. Responsables que, con su actuación, han causado daños irreparables a su salud. Pero además, en el plano colectivo, la decisión judicial supone un importante salto cualitativo en la delimitación de las graves responsabilidades de quienes a sabiendas infringen la legislación en materia de seguridad y salud laboral.
Aunque los directivos no pisarán finalmente el suelo de una celda, sí quedarán temporalmente inhabilitados para desempeñar sus cargos y deberán pagar una multa. El juez considera sobradamente probado que no se preocuparon de evitar los peligros que a la postre terminaron por afectar gravemente al trabajador, haciendo dejación evidente de sus responsabilidades. La sentencia cobra ahora un especial valor puesto que sale a la luz al inicio de lo que en el futuro inmediato se prevé una cascada de casos relacionados con la silicosis, a la que muchos expertos ya califican como una epidemia comparable a la que ha causado otro verdugo de los trabajadores: el amianto.
Ésta no fue la única noticia relacionada con la prevención laboral que ayer saltó a los titulares. Una trabajadora de 35 años, Arantza Mintegi, perdió ayer la vida en la fábrica que la empresa CAF tiene en Beasain al ser arrollada por un carretillo en una zona cuya peligrosidad ya había sido denunciada por el Comité de Empresa. Con ésta son ya 30 las muertes en Euskal Herria de trabajadores en lo que va de año, una elevada cifra que tiene entre sus principales causas las condiciones de trabajo que impone una patronal que ha tomado la crisis como coartada para incrementar los ritmos de trabajo y recortar las medidas de seguridad. Una combinación letal.