Los diputados de la Asamblea Nacional francesa aprobaron ayer una resolución que declara que el velo islámico integral es «contrario a los valores republicanos», lo que se interpreta como el primer paso antes de la votación en julio de un proyecto de ley que prohibirá el uso del niqab y del burka en el espacio público.

La resolución votada ayer es una acto solemne, pero únicamente tiene valor simbólico, ya que no tiene fuerza de ley ni obligatoriedad.

La mayoría derechista de la UMP de Nicolas Sarkozy y el opositor PS votaron a favor de la resolución, que proclama que «las prácticas radicales que atentan contra la dignidad y la igualdad entre los hombres y las mujeres, entre las que se encuentra llevar un velo integral, son contrarias a los valores de la República».

El texto afirma que «el ejercicio de la libertad de expresión, de opinión y de credo no debe ser reivindicado por nadie para actuar contra las reglas comunes despreciando los valores, los derechos y los deberes que fundan la sociedad».

La resolución considera «necesario que se empleen todos los medios para asegurar la protección efectiva de las mujeres que hayan padecido violencia o presiones y especialmente de quienes hayan sido obligadas a llevar un velo integral contra sus deseos».

Menos de 2.000 mujeres de un total de seis millones de musulmanes llevan niqab o burka en el Estado francés.

Aunque los diputados del PS votaron a favor de esta resolución, se manifestarán en contra de una ley que prohíba el uso del burka, según declaró al diario «Libération» el diputado Jean Glavany.

No a las generalizaciones

Por otra parte, una comisión de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE) se manifestó en contra de una prohibición general del burka y del niqab, a pesar que considera que «el uso del velo por la mujeres se percibe frecuentemente como un símbolo de la sumisión de las mujeres a los hombres».

En un proyecto de resolución adoptado el lunes durante una reunión en Estambul, la Comisión de Cultura, Ciencia y Educación del APCE consideró que las restricciones legales al uso del burka «podrían estar justificadas por razones de seguridad o por el desempeño de funciones públicas o profesionales que obliguen a una persona mostrar neutralidad religiosa o dejar descubierto su rostro», pero rechaza una prohibición general porque iría en contra de los derechos de las mujeres que han decidido libremente usar el velo.