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«Ha sido un año muy duro, pero me siento un privilegiado»

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Eñaut Zubikarai

Portero de la Real Sociedad

El de Ondarroa revela lo que ha tenido que pasar desde que llegó a Zubieta con 17 años. Su hombro izquierdo le obligó a pasar tres veces por el quirófano y a estar tres años y medio de baja, pero su fuerza para superar las adversidades, la ayuda de su familia, de Manzisidor y del doctor Torrens le permitieron no arrojar la toalla cuando se lo recomendaban. Superar ese calvario le ha ayudado a relativizar todo.

Joseba ITURRIA

Considera que ha sido un año duro en lo personal, pero destaca que en los momentos peores hay que seguir adelante y que es un privilegiado.

¿Qué lectura saca del empate contra el Castellón?

Que hemos dejado dos puntos. Pudimos ganar tranquilamente, pero si el balón no quiere entrar... Tuvimos ocasiones, fuimos el único equipo que fue a por el partido, el Castellón sólo salió a defender y le salió bien. Es una pena perder dos puntos en casa ante el colista, pero a esto hay que darle la vuelta. No pensar más en ello porque si le das más vueltas es peor. Estamos arriba, jugamos con el Betis y debemos aguantar la presión y sufrir. El objetivo lo tenemos en la mano y hay que seguir adelante.

No ha encajado gol en los dos partidos tras la lesión de Riesgo...

Estoy contento, porque que no te metan gol es importante, aunque si estás en una dinámica de subir te quedas jodido por los empates, porque de ganar a empatar hay diferencia. No me han llegado en muchas ocasiones, atrás hemos estado muy bien y me queda un poco sensación de rabia por no poder ganar estos partidos.

¿Cómo ha vivido la llegada de Queco Piña en la última semana?

El club ha dicho que el Sanse se juega mucho, sólo quedo yo en el primer equipo y han optado por probar a otro portero. Mi política es la de subir chavales de abajo y darles la opción como a nosotros porque hay buenos porteros, pero es cierto que el Sanse y el juvenil se juegan mucho e igual es acertado. No me parece ni bien ni mal, no le doy más vueltas. Ha venido y si se queda, bien. El que viene es bienvenido, además se ha acoplado bien y es un buen tío.

Ha sido un año difícil. De anunciarle que sería titular a ver que le querían ceder y es el tercer portero...

Ha sido un año muy difícil en lo personal, de muchos altibajos desde la pretemporada. A última hora me llamó mi representante para ir a Grecia, al equipo que quería a Asier, que no estaba dispuesto a irse de un día para otro y lo entiendo porque tiene su familia aquí. Yo, aunque prefería quedarme, estaba dispuesto a irme porque era el último día y, si hay que salir se sale, porque estábamos tres porteros y jugar es importante. Pero al final el tema no cuajó porque creo que al que querían era a Asier. Además fue a última hora, eran Asier o Claudio los que iban a salir y hasta el último día no pensaba que me movería y me sorprendió. Ha sido un año muy duro, con momentos mejores y peores. Siempre tienes cosas positivas en la cabeza, pero es duro, porque tienes dos buenos porteros por delante. Al final siempre dices lo mismo. El trabajo es muy importante, tenía que seguir, seguir y seguir porque el fútbol es algo que me gusta y tenemos mucha suerte. Cada vez que veo a mis amigos que están en la empresa, en paro o machacándose, me miro a mí mismo y estoy jodido, pero mis amigos están peor y yo me siento un privilegiado y afortunado.

Desde que vino a la Real ha tenido que superar adversidades...

Vine a Zubieta el segundo año juvenil y desde entonces he pasado más tiempo en el gimnasio que en ningún sitio. Veía fantasmas. Empecé con Olabe y tras subir Riesgo al Sanse me bajan a mí al Easo y Ximun sube. Entonces tuve una luxación de hombro, cuatro meses rehabilitando sin operar. Al año siguiente estamos yo y Ximun y a principio de año me luxo el hombro, me operé y perdí todo el año. Me recupero, hago la pretemporada con el Sanse, me ceden al Aurrera, en Navidades se lesiona Ximun y empecé a jugar con el filial en enero. Estuve otro año más en el Sanse y fui a Eibar, pero me lesiono el hombro tras jugar un partido y me vuelven a operar y pierdo todo el año. Hago la pretemporada con el Sanse, juego cinco o seis partidos y otra vez se me luxa el hombro y a operar. Estuve todo el año de rehabilitación, acabo jugando y el pasado me subieron al primer equipo, cuando apostaron por mí Lillo y Xabi Manzisidor, que ha confiado mucho en mí.

¿Nunca se piensa en arrojar la toalla y dejar el fútbol?

Me dijeron la tercera vez que dejara el fútbol, pero tenía ganas de seguir jugando y me ayudó mucho Manzi en aquellos momentos, a parte de la familia y todos los cercanos. Estuvimos hablando para ir a Italia a donde un especialista de hombros y al final fui a Barcelona, a donde el doctor Torrens, del que me que hablaban muy bien. Hacía cirugías abiertas. Las dos primeras habían sido artroscopias y me decidí a una operación abierta. Vino a Donostia a operarme. La rehabilitación ha sido la peor, muy dura, con Xabi Manzisidor. Es ahí donde he pasado los peores momentos de sufrimiento. Pero a este doctor le agradezco todo. Desde entonces no tengo ningún problema, voy todos los años a visitarle a Barcelona para agradecérselo porque si estoy aquí es por él. Si no, el hombro no me dejaría jugar más. Han sido muy importantes él, Manzi y mi ama, que es la que más me ha ayudado a salir adelante con las lesiones.

¿Superar todo este calvario le ha ayudado a ser más fuerte?

Me ha venido bien para la cabeza. A mi madre le gusta mucho el monte y me decía que fuera a andar y yo le decía que no quería ir solo. A mí me gustaba ir con los amigos. Pero empecé a ir solo y me vino bien para otras cosas. En Zubieta siempre estás metido en el fútbol y esos momentos estuve más con los amigos, desconectas y valoras otras cosas. Pero son momentos muy difíciles, todos los días levantarme para ir a la rehabilitación y venir a Zubieta...

Han tenido una buena relación entre los porteros pese a todo...

Con Claudio me llevo bien, pero a Asier lo conozco desde hace diez años y siempre hemos tenido una buena relación. En los malos momentos me ha ayudado y yo he intentado ayudarle a él. Como persona es increíble. En todo el grupo hay buena relación. Los veteranos como Labaka o Aranburu son buenos ejemplos para seguir y es muy importante gente como Viguera, Esnaola o Sarasola. Es increíble, sin jugar ni ir convocados, cómo han estado todo el año entrenándose bien, haciendo grupo, ayudando todo lo que pueden... Son detalles que no se ven, pero hay que valorar porque así se hace un buen grupo.

El año pasado también éramos un buen grupo. La inmensa mayoría llevamos juntos diez años, desde las categorías inferiores, y hay una relación muy buena. Y eso es muy importante. Entra un compañero a jugar y los demás le ayudan, le dan ánimos, sabes que el que está al lado no te va a fallar. Conoces a esa gente para valorarla porque no son 2 años. Son 10. Y eso se nota en el campo.

 
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