Una ola de suicidios en las fábricas de la multinacional tecnológica Foxconn ha sacudido a la «factoría del mundo» china. En cinco meses, siete jóvenes de entre 18 y 23 años se han suicidado -el último de ellos el pasado viernes- y otros dos resultaron heridos al intentar quitarse la vida en las instalaciones que Foxconn tiene en la ciudad china de Shenzhen, donde la firma taiwanesa produce el iPhone de Apple y otros icónicos aparatos tecnológicos de uso mundial, informó la agencia Efe.

Los sucesos están motivando un gran debate en el país, así como dudas sobre si las generaciones que nacieron tras el maoísmo (en los 80 y 90) están preparadas para las mismas sesiones maratonianas y robóticas de trabajo que soportaron sus antecesores.