ANÁLISIS | VI CUMBRE AMÉRICA LATINA-UE
¿ALCA con la Unión Europea?
La socialdemocracia europea intenta respuestas anticrisis de neto corte neoliberal, similares a las aplicadas en los 80 y los 90 en la región latinoamericana y caribeña
Julio C. GAMBINA ALAI-Amlatina
El autor identifica a lo largo de las siguientes líneas los motivos que dejan entrever un pacto de libre comercio entre la Unión Europea y los países que integran Mercosur. Valora, además, las consecuencias que tendría la suscripción de dicho acuerdo en América Latina.
Madrid, dio ayer el pistoletazo de salida a la VI Cumbre América Latina y Caribe-Unión Europea. En ese marco se reabren las suspendidas negociaciones entre la UE y Mercosur para suscribir un acuerdo de libre comercio.
Un interrogante es si a cinco años de enterrado el debate del acuerdo de libre comercio entre EEUU y América Latina y el Caribe se abre uno nuevo entre Europa y Mercosur. Hay que recordar que en Mar del Plata, Argentina, durante la IV Cumbre de Presidentes de América, los principales opositores al tratado de libre comercio (TLC) con EEUU fueron los países de Mercosur y Venezuela, que aún no había requerido su ingreso a la integración entre Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina.
En paralelo, se celebró la cumbre popular centrada en alertar a la sociedad sobre los negativos efectos de la liberalización para la mayoría de la población. La cumbre actual también tiene su movilización popular alternativa que incluye un enjuiciamiento al accionar de las transnacionales europeas en la región.
La discusión con Europa empezó en 2000 y se interrumpió en simultáneo con los límites establecidos a Washington. Ya que las asimetrías son gigantes y los países capitalistas desarrollados proponen apertura de la economía, liberalización, para poder colocar su producción en nuestros países, al mismo tiempo que mantienen gigantescos subsidios a su producción local o a sus exportaciones, impidiendo el ingreso de los productos del resto del mundo, es decir, proponen una apertura asimétrica conservando alta protección según sus intereses.
El supuesto actual de la reapertura de negociaciones se justifica en la orientación gubernamental crítica a las políticas hegemónicas en los últimos años al frente de ambos procesos de integración. De un lado, la presidencia temporal de Rodríguez Zapatero y del otro, Cristina Fernández, con un fuerte discurso contra el neoliberalismo y las políticas hegemónicas de la década pasada. La coincidencia en la coordinación temporal de ambos bloques animó la reapertura de la discusión por un tratado de libre comercio, pero la realidad enturbia lo que parecía un camino de rosas.
La crisis de la economía mundial oscurece los acuerdos, pues la socialdemocracia europea intenta respuestas anticrisis de neto corte neoliberal, similares a las aplicadas en los 80 y 90 en la región latinoamericana y caribeña. ¿Qué son las disminuciones de salarios, las extensiones de las jubilaciones, los congelamientos de pensiones y las disminuciones de partidas de gasto público social de gobiernos socialdemócratas en Grecia o en el Estado español?
Yendo a la cuestión de fondo, lo que se discute es el ingreso de producción agropecuaria a Europa y de productos industriales a Mercosur. Es difícil que en medio de la crisis se reduzcan sustancialmente los subsidios a la producción agropecuaria, siendo el Estado francés uno de los principales afectados y responsable de la política comunitaria, no sólo en cuestiones de producción en el agro.
Argentina es la más perjudicada con el tratado, pues si se abre la puerta al ingreso de bienes industriales, Argentina es el país más vulnerable. Brasil tiene un desarrollo industrial que le permite competir con la industria europea, y Paraguay y Uruguay son países con más desarrollo en los servicios que en la producción manufacturera. Quien tiene más que perder es Argentina, que no desarrolló una producción fabril diversificada y en condiciones de competir en el mercado mundial.
Un elemento crítico adicional a la suscripción de un TLC proviene de la vulnerabilidad a que se someten los países con estos estatutos de la liberalización. Argentina es el país americano que más tratados bilaterales de defensa de las inversiones ha suscrito y que con ello el país fue llevado a tribunales internacionales por sumas millonarias, que aún cuando no terminen en sentencias favorables a las empresas, sirven como chantaje en la obtención de ventajas en materia de precios internos que afectan y deterioran la calidad de vida de la población.
Nada favorable generan estos pactos de libre comercio para los pueblos, por lo tanto la expectativa es que, junto a las trabas que supone la crisis capitalista en curso y con epicentro en Europa, las movilizaciones de la cumbre popular difundan un programa alternativo ante esta nueva ofensiva del capital por la liberalización del orden socioeconómico mundial.
Varias decenas de activistas, un centenar, según Rompamos el Silencio, cortaron ayer el Paseo de la Castellana, una de las principales arterias de Madrid, con el objetivo de denunciar el trato a las mujeres en las empresas transnacionales, aprovechando la celebración de la cumbre europea-latinoamericana que alberga estos días la capital española.
En un comunicado remitido a los medios, explicaron que tres filas de manifestantes, una con catorce personas con tubos para encadenarse unas a otras, cortaron el tráfico. Junto con las encadenadas, había otra detrás con una pancarta que rezaba «Frente a la Europa del capital, ecofeminismo» y «Tratados de Libre Comercio = Cambio Climático».
El objetivo, precisaron, fue dar un protagonismo especial a las mujeres que participaron con la intención de «visibilizar la distribución de trabajo por géneros que condena a las mujeres a soportar el peso de la crisis» y la situación que viven las mismas en las empresas multinacionales.
Eligieron la Plaza de Colón «por el simbolismo que tiene como conquistador de América» y para denunciar, sumado a la queja de las mujeres, el papel de la UE en la exfoliación de los bosques de América Latina, acción que concluyeron con varios árboles cortados en el suelo.
Por otra parte, en el marco también de las acciones ciudadanas de «Cumbre de los Pueblos: Enlazando Alternativas IV», dos personas se descolgaron de un puente cercano a la sede madrileña de la Comisión Europea para mostrar una pancarta que decía «Acuerdos Comerciales Unión Europea-América Latina y Caribe = Más desigualdades, paro y crisis climática».
La Policía puso fin a ambas protestas y, aunque retuvieron a ambos activistas, ninguno fue detenida.
El portavoz de la última acción dijo a la agencia Europa Press que realizarían «nuevas acciones» en los próximos días.
GARA