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Juanjo Basterra Periodista

Las fábulas impresentables de nuestros políticos

Nos gobiernan unos políticos cobardes que, en vez de enfrentarse con quienes generaron la crisis, es decir, la élite financiera, económica y empresarial, han decidido que sean la clase trabajadora y los más desprotegidos quienes paguen la crisis, carguen con el paro, pierdan los derechos laborales y la protección social, y asuman que esa situación crítica va para largo, por lo que llegarán los recortes directos de las pensiones futuras. Nos dicen que no queda más remedio. Plegarse a los intereses de los poderosos les reporta beneficios a unos pocos, porque después les colocan al frente de consejos de administración suculentos o al frente de sociedades que se dedican a llenar informes que, en la mayoría de las ocasiones, no sirven para nada.

El diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, por ejemplo, hace unos días participó en la asamblea de la patronal vizcaina para decir que las administraciones forales de la CAV habían hecho bien sus deberes y, por eso, nos encontrábamos en mejor posición que el territorio español, en general. Puso como ejemplo la fábula de la cigarra (Gobierno español) y la hormiga (Gobierno de Gasteiz y haciendas vascas) para explicar el menor déficit y el menor endeudamiento. Hay que recordarle a Bilbao que esas mejoras de las que alardea han ido a parar a los bolsillos de la élite económica, que redujo el pago del impuestos como el de Sociedades, el de la renta, y se les eliminó el impuesto de Patrimonio o de Sucesiones.

Hego Euskal Herria tiene una presión fiscal inferior a la española y lejos de la media europea. Quienes se echan la mano a la cabeza porque no tienen ingresos deberían haber jugado el papel de la hormiga en la fábula, no la que contó José Luis Bilbao, sino la verdadera. Porque a quienes alaba el diputado general optaron por perdonar los impuestos a quienes más tienen y a mirar a otro lado ante el elevadísimo fraude fiscal.

El lehendakari Patxi López también recurrió a argumentos similares a los de Bilbao para explicar que si se suben los impuestos a los ricos, se marchan. Ése fue el mismo que sirvió para eliminar el Impuesto de Patrimonio. No será mejor que nos marchemos todos los demás.

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