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Las dos caras de Iruña-Veleia

«Encontrar piezas inscritas es una posibilidad porcentualmente alta»

Eliseo Gil

Arqueólogo e historiador

Itziar AMESTOY | GASTEIZ

Tras la presentación del «Plan Director de Iruña-Veleia 2010-2020» ante las Juntas Generales, ha publicado una crítica extensa a la misma. ¿Por qué?

Justamente la presentación del Plan y toda una serie de afirmaciones vertidas en la misma, a mi juicio, improcedentes y carentes de fundamento, hicieron que me planteara el ejercicio de crítica. Mi análisis pretende pura y simplemente señalar todo aquello que considero mejorable, incorrecto o incierto en la citada presentación, poniéndolo a disposición del público con el correspondiente aparato crítico. Así, creo que, en definitiva, no es de recibo comenzar un nuevo Plan Director basándose en denostar infundadamente y/o ignorar las anteriores intervenciones arqueológicas desarrolla- das en Iruña-Veleia a lo largo de los quince últimos años por parte del equipo saliente.

El Plan no se limita a la zona amurallada e incluye su etapa prerromana. ¿Qué le parece?

Se trata de una opción lógica, habida cuenta de la entidad del poblamiento prerromano de Iruña-Veleia, tal y como ha sido puesto de relieve, entre otros, a través de las investigaciones previas llevadas a cabo por el equipo de Lurmen que dirigía. Con lo cual, no veo la novedad por ninguna parte.

Se ha hecho hincapié en el cambio de discurso para relacionar Iruña con la vía Astorga-Burdeos.

Nuevamente, nos encontramos enunciando obviedades como si acabáramos de descubrir el Mediterráneo. Es una línea de investigación imprescindible ya recogida en el proyecto de Lurmen para Iruña-Veleia.

En su documento critica la ampliación a 17.000 m2 de excavación que defendió la diputada cuando aseguró que se iba a multiplicar por cien la zona excavada.

En mi opinión, las citadas declaraciones pretendían hacer ver que las excavaciones previas de Lurmen se limitaron a 170 m2, lo cual, además de incierto, es simplemente incompatible con la realidad. Luego está el hecho de plantearse como objetivo «científico» el abrir en extensión un yacimiento arqueológico, no aquejado de ningún condicionante urbanístico. Me resulta difícil de digerir la presunción de excavar 17.000 m2 en tres años, como se dijo en aquella presentación, y hacerlo cuadrar con la conservación del patrimonio (que no olvidemos que puede ser grande pero es finito) y con la arqueología sostenible. Máxime, existiendo un proceso judicial en curso, promovido por la propia institución foral, que, en buena lógica, debiera concluir antes de emprender nuevas acciones como la que se refiere al nuevo Plan.

La plataforma Sos Iruña-Veleia propone sondeos de control. ¿En la nueva etapa se podrían encontrar piezas inscritas?

En mi opinión, sin duda. Se trata de una posibilidad porcentualmente muy alta.

¿En qué fase judicial se encuentra el caso?

De las tres querellas interpuestas contra nosotros por los dos antiguos patrocinadores del proyecto y la AFA/DFA, las dos primeras están ya archivadas. De ellas, la correspondiente a ETS de modo definitivo por la Audiencia Provincial y, la de ET, por el juzgado correspondiente a espera de resolución de recurso. La tercera, presentada por la AFA/DFA, aún en fase de instrucción.

La Fiscalía ha archivado el recurso para paralizar el Plan. ¿Mantiene aún la esperanza en la vía judicial?

La esperanza es lo último que se pierde. La información es incorrecta, puesto que no hay archivo alguno. Lo que hay es un informe de la Fiscalía en ese sentido, pero el juzgado no se ha pronunciado aún al respecto. Cuando ello ocurra, se podrá valorar.

¿Qué futuro le espera al yacimiento?

Afortunadamente, hablamos de un muy extenso yacimiento de gran entidad, que no se va a agotar en una generación y sobrevivirá a todos los Núñez y Gil que en este mundo son o han sido. Otra cosa son las negativas consecuencias que podrían derivarse de decisiones políticas, en mi opinión, precipitadas y poco justificables.

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