Siete buques cargados de ayuda humanitaria se agruparon ayer en aguas internacionales, frente a las costas de Chipre, antes de comenzar su ruta hacia Gaza para intentar romper el bloque israelí impuesto a este territorio palestino, pese a las amenazas del Estado sionista.

Está previsto que lleguen hoy a Gaza si Israel no les intercepta, tal y como ha declarado. El Estado sionista pretende desviar los buques al puerto de Ashdod y deportar o encarcelar a sus ocupantes.

«Israel afirma que nos detendrá, pero tenemos la intención de llegar a Gaza y de quedarnos allí dos días», declaró Audrey Bomse, una de las organizadoras de la flotilla, que transporta cien casas prefabricadas, 500 sillas de ruedas eléctricas y material sanitario.