La Real juega hoy con el comodín del público para sumar cuanto antes el 50% de los puntos por disputar para conseguir llamar al cielo de la Primera. Anoeta rondará el lleno tras agotarse todas las entradas y quiere ser decisivo para romper con la peor racha de 330 minutos sin marcar un gol y dos puntos en los últimos tres partidos.

Unos números que no se corresponden con la gran actitud y el buen juego que en muchos momentos la Real ha desplegado en estos tres partidos, que permiten tener una confianza plena en el ascenso. El equipo está fuerte, es muy competitivo y cada vez que ha tenido un partido clave ha respondido, aunque tiene un problema serio en ataque que puede llevar a Martín Lasarte a precipitar el regreso de Bueno al once inicial.

La otra duda estará en el puesto de medio centro entre Rivas y Elustondo, aunque si en Cartagena el técnico uruguayo mantuvo en el campo al primero tras sufrir un esguince es previsible que también confíe hoy en él tras incluirlo ayer en la lista de convocados pese a la torsión de tobillo sufrida la víspera.

La presencia de Bueno y Rivas fue lo más destacado en una convocatoria en la que, con respecto a la anterior, además del uruguayo también entró Markel Bergara. Por contra, se cayeron Viguera y el sancionado Carlos Martínez, lo que provocará que Dani Estrada vuelva al lateral que fue suyo hasta que se lesionó tras jugar su último partido, precisamente en Villarreal.

El apoyo de la grada

La Real tendrá el apoyo de la grada después de que el Consejo se dejara llevar por el populismo y pusiera entradas a cinco euros para llenar el campo en un hábito que a la larga va en contra del club. En el último partido en viernes ante el colista 23.000 espectadores se acercaron a Anoeta y esa cifra habría sido muy superior hoy sin casi regalar las entradas. ¿Si en el próximo partido de Anoeta se la juega la Real con el Celta volverá a haber entradas a cinco euros?

Si para ver estos duelos históricos se cobra eso cuando hay gran expectación y cantidad de personas dispuestas a comprar su entrada en taquilla al precio habitual, ¿que habrá que hacer si algún día se construye un campo para 40.000 espectadores sin pistas como se pretende?

Se renuncia a mucho dinero con las taquillas cuando el club preveía en enero un déficit de dos millones para este año. Llenar el campo a cualquier precio nunca puede ser un éxito. El objetivo debe ser conseguir la mejor entrada y la mejor recaudación por abonos y taquilla. Si no, es imposible tener un equipo competitivo en Primera. Claro que en vez de intentar aumentar los ingresos, es más fácil ser populista y pedir a la Diputación en un momento como el actual que, ademas de no cobrar los 20 millones de deuda de Hacienda, financie un nuevo campo para demoler buena parte del que construyó hace 18 años y que en vez de 3,3 millones anuales ponga aún más.

Y eso después de que dos semanas antes se pusieran a la venta unos abonos por los que una madre que quería ver con un niño de seis años tres partidos en una tribuna tenía que pagar 132 euros. Pues tras ver un 0-0 con el colista tendrán hoy a su lado a otros que han pagado cinco euros por su localidad. Y además ella no tiene derecho a comprar entradas a ese precio...

Porque el apoyo que van a dar hoy 30.000 aficionados en Anoeta será tan importante como el que han dado los 23.000 que han pagado su acceso al campo a un precio razonable. Es difícil que el nivel del equipo mejore por una mayor asistencia de público porque ha sido muy alto todo el año en casa y el apoyo de la grada siempre fue ejemplar.

El Betis no ganó a la Real porque Lopera abrió las puertas del campo a todos los béticos. Con 50.000 en las gradas fue incapaz de crear una sola ocasión en 70 minutos en los que fue muy inferior a la Real. Y ninguno de ellos levantó el brazo de Rivas para provocar el penalti que decidió el partido. Más se puede influir al árbitro en función de quién pite. Lizondo Cortés sí fue casero en su arbitraje y perjudicó a la Real en Sevilla, aunque no tanto como se ha trasmitido para ocultar los problemas propios. Pero si viene un árbitro que quiere hacer méritos puede resultar contraproducente. Los números de Del Cerro Grande invitan a pensar que no le gusta ir de valiente, con nueve victorias locales, diez empates y tres derrotas esta temporada. Los locales han ganado los últimos cuatro partidos que ha dirigido. Que hoy se amplíe esta racha.