Juan Carlos Iriarte, ex preso natural de Donostia pero residente en Hendaia desde hace años, fue arrestado ayer por la Policía francesa en un operativo que el ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, vinculó con las detenciones de Mikel Karrera, Arkaitz Agirregabiria, Maite Aranalde y Eñaut Aramendi; los tres primeros situados por las FSE en el «aparato militar» de ETA y el último como «colaborador de la organización armada».

Rubalcaba, que se encontraba ayer en Gasteiz, señaló la operación policial del pasado 20 de mayo en Baiona y Urruña como el «origen» del arresto de Iriarte y le endosó ser «la persona que encargó a Eñaut Aramendi trasladar» a los presuntos militantes de ETA a la vivienda de Baiona en la que fueron detenidos después por la Policía. El ministro español acusó al ex preso donostiarra de «jugar algún papel dentro del aparato militar de ETA».

En la misma comparecencia, Rubalcaba advertió que esta detención «no cierra el dispositivo, y que las investigaciones siguen abiertas».

En la operación policial, desarrollada a primera hora de la mañana y en la que registraron la vivienda que Iriarte comparte con su hijo, participaron también agentes de la Policía española y de la Guardia Civil, según precisó la agencia Efe.

Tras finalizar el registro del domicilio, Juan Carlos Iriarte, de 39 años de edad, fue trasladado a la comisaría que la Policía francesa tiene en la capital labortana, a la espera de ser trasladado a París. De acuerdo con la legislación francesa, tendrá que ser llevado a los tribunales no más tarde del próximo sábado por la mañana, fecha en la que se cumple el plazo máximo de 96 horas en que los detenidos pueden estar incomunicados en manos de la Policía.

Iriarte, oriundo del barrio donostiarra del Antiguo, donde ayer se manifestó un centenar de personas para denunciar su arresto, recobró su libertad hace escasos nueve meses. Fue el 27 de agosto cuando abandonó la prisión palenciana de Dueñas y volvió a Hendaia junto a su hijo. En la localidad labortana llevaba una vida totalmente normal, extremo que fue ratificado incluso por agencias de información francesas como AFP donde daban cuenta de que «no vivía en la clandestinidad».

Este donostiarra fue arrestado, en octubre de 2007, por la Gendarmería en base a una «orden de búsqueda» emitida por la Audiencia Nacional española. Pocos días después, se le notificó la aprobación de su extradición al Estado español y fue entregado en marzo de 2008 a la Policía española en Madrid. Un año y cinco meses después, cumplió de manera íntegra su condena, por lo que no tiene ninguna causa pendiente.